El impacto de la situación económica nacional en Venado Tuerto y la región comenzó a ganar espacio en distintos medios provinciales y nacionales. La fuerte caída del consumo, la retracción en la capacidad adquisitiva de los salarios y el incremento sostenido de la inflación, agregan un marco de preocupación de cara a los últimos meses del año. En el relevamiento que PUEBLO Regional viene realizando de la actividad de distintos actores de la ciudad y la zona, conversó con Miguel Pandrich, empresario local con presencia en el rubro de la alimentación, la distribución, la metalúrgica y la construcción.
El caso de los alimentos es el más significativo y elocuente: la caída de las ventas va del 15 al 18 por ciento en relación al año pasado, con una tendencia que se mantuvo mes a mes, obligando a los consumidores a variar en las marcas y modificar sus hábitos de consumo.
“Nosotros llevamos en la parte de alimentos el control permanente de las unidades vendidas y los montos facturados. Tomando como referencia el último año, las unidades se mantuvieron, pero proliferaron las segundas marcas. Eso hace que las marcas líderes también trabajen con ofertas y hacer descuentos. Nosotros vendimos lo mismo, pero bajo la facturación alrededor del 20%”, asegura Pandrich.
De acuerdo al empresario local, los factores que explican el ajuste que debieron realizar están referidos una caída que viene sucediendo desde el 2010, cuando debieron reacomodarse y reducir el plantel de empleados, producto de la influencia del trabajo en negro en la economía. En el clima de reestructuraciones y despidos, Pandrich afirma que en su caso se sostuvo el nivel de contratados, con algunas excepciones. Sin embargo, destaca la dificultad de mantener una empresa en plena regularidad.
“Cuando la economía se maneja más en negro, los que tenemos que tener todo en blanco, lo padecemos y tenemos que reacomodarnos. El Estado siempre pesca en la pecera y caza en el zoológico. Nosotros modificamos nuestra forma de trabajo y tenemos 15 personas menos que hace tres años atrás”, detalla.
En cuanto a la inflación, Pandrich atribuye el fenómeno a la carga impositiva directa sobre la venta: “cuando sumas todo los impuestos, el precio de un producto se lleva un 45%. Cuando se discute quién se queda con la mayor porción, nunca se hace hincapié en el alto costo impositivo, que es alto y no alcanza para desarrollar las políticas que tienen que desarrollar”. En ese marco, se muestra optimista con el nuevo gobierno e interpreta la decisión de retraer la economía y dejar de apostar al mercado interno, como una acción general para reacomodar la situación.
“Eso tiene que darse en un contexto general, mientras haya un 50% del comercio en negro, es imposible. A mí me vienen a pedir trabajo que le están pagando mil pesos por semana. No es tanto una cuestión de paritarias, sino de un trabajo profundo en todo. El trabajo en negro defenestra los salarios”, sintetiza.
