Tras 20 años de dilatación, finalmente la investigación del caso Clemente Arona prescribió. Sin embargo, la madre, Ana Braghieri, junto con organizaciones y allegados de la ciudad, realizaron un acto en su memoria y renovaron los reclamos para que se esclarezca el caso que marcó profundamente la ciudad.
El 8 de septiembre de 1999 fue embestido por un patrullero del Comando Radioeléctrico que lo perseguía a 120 kilómetros por hora por las calles de Venado Tuerto. El joven agonizó durante varios días hasta perder la vida en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez de Rosario.
“Clemente era muy vital, le gustaba vivir al aire libre, la naturaleza. Tenía muchísimos amigos. Era amigo de los pibes y de los padres de los pibes. Todos se manifestaron cuando lo mataron, sabían lo que sucedía, que había sido un abuso policial sin motivo”, lo recuerda Braghieri en diálogo con PUEBLO Regional.
Los pedidos de justicia contra la impunidad de las fuerzas policiales se replican a lo largo y ancho de todo el país. Las políticas de mano dura tienen en Venado Tuerto un foco de emisión poderoso que se derrama hacia toda la provincia, marcada por la violencia y las arbitrariedades policiales. El miedo y la desesperación ciudadana ante la “inseguridad” es utilizada para darle mayores atribuciones a las mismas fuerzas que están involucradas en la gestión del delito.
Tras el hecho, Braghieri afirma que “ha cambiado tanto mi vida al punto de no reconocer a la antigua”. Y sobre su consecuencia militante, explica: “he llegado a pensar que esto me pasó para que abra los ojos, porque antes era una pelotuda, no veía las cosas que veo ahora y que trato que las vean las demás sin que tengan que pasar por esto. Mi militancia es esa: tratar de advertir a otras madres y a otros jóvenes que esas cosas pasan y que hay que mirar”.
“La orden es del Estado, no mata porque sí un policía”, señala Braghieri. E indica que el triángulo político de ese entonces era Scott, Lagna y Spinozzi. “El motivo lo tienen que investigar. El asesinato está comprobado. Eso es lo que yo pedí y eso fue lo que prescribió porque a nadie le interesó investigarlo”, resume.
Finalmente, Braghiero desliza: “pretendemos una democracia verdadera, sin estas fuerzas represoras que son continuidad de la dictadura. Aun en democracia, son las mismas. Ese aparato represivo sigue estando tal cual. El mismo policía que mata pibes, tiene que cuidar a los otros. Es ridículo”.