(PR/Giuliana Ghignone) En diálogo con Pueblo Regional, el sacerdote Martín Cabrera comentó acerca de su participación en una formación sobre protección de menores en ámbitos de la Iglesia, una problemática a nivel mundial y sobre la cual Cáritas trabaja arduamente.
Durante el último semestre, el religioso quien también forma parte del equipo Equidad dentro de Cáritas Venado Tuerto, se formó con especialistas del área de la psicología, filosofía, psiquiatría, derecho y antropología en un posgrado de safeguarding dictado en la Universidad Pontificia Gregoriana. “El papa Francisco impulsó todo esto, incluso formó una comisión pontificia de protección de menores”, comentó el sacerdote.
A nivel local, la tarea diaria y constante de Cáritas ha sido una gran herramienta para abordar situaciones traumáticas “nosotros empezamos con temas de violencia contra niños, mujer y ancianos. Después vimos que era importante empezar a concientizar sobre esta problemática. Somos los que organizamos la maratón del día de la mujer y la de la Victoria, que eso nos permite recaudar fondos para este trabajo. El equipo cuenta con una psicóloga infanto juvenil, una pediatra, una trabajadora social, una abogada y yo como orientador familiar. Damos charlas, hacemos folletos, concientizaciones, videos, atendemos situaciones que nos llegan, muchas de ellas son de adultos que han sufrido abusos en la infancia y necesitan sanar”, comenta el sacerdote. “Realmente no se toma conciencia de las graves consecuencias que tiene el hecho de haber sido víctimas de abuso porque generalmente el perpetrador lo que hace es hacerle sentir culpable y responsable del hecho cuando no lo ha sido, un niño no es responsable porque no puede consentir una relación sexual. También nos ha tocado intervenir, como Iglesia, en alguna situación aquí lamentablemente en Venado Tuerto”, agrega.
“La iglesia está muy preocupada por estas cosas, a partir del pontificado de Francisco se le ha dado muchísima importancia a estos temas. Es una temática que no es nueva pero la Iglesia ha tomado consciencia por la gran cantidad de casos que hay en distintos ámbitos. Según estadísticas mundiales 4 de cada 10 niños han sido víctimas de abuso sexual”, reconoce Cabrera. “Como una actitud evangélica que Jesús nos llama a cuidar a los niños, primero a los más débiles, en la iglesia no podemos permitir que pasen estas cosas y se ha callado mucho pensando que se le hacía un bien el que no se sepa cuando es todo lo contrario. Para que la Iglesia sea una institución confiable tiene que permanecer en la verdad, hay que trabajar en estas situaciones y hay que proteger a los niños”.
“En otra época, cuando había un religioso o religiosa que tenían este tipo de conductas se los cambiaba de comunidad. Entonces se sacaba un problema de un lado pero se llevaba a otro”, resalta.
Respecto del cambio de mentalidad y como fue recibido esto por otras generaciones dentro de la Institución el sacerdote Martin hace mención a “tensiones” que existen.
”Lamentablemente hay mucha resistencia, pensando en esto de “hay que cuidar a la Iglesia” pero sabemos que a la Iglesia la cuida Dios. Es una tensión entre otras generaciones y las actuales. Muchas situaciones que han pasado anteriormente con otra mentalidad, en la que había que cubrir y tapar por eso hay muchas dificultades para trabajar estos temas hacia adentro en la iglesia”.
Respecto de las próximas acciones, Martín adelantó que están trabajando en un proyecto de formación “el acompañamiento es fundamental y tenemos que preparar a otras personas para que también lo puedan hacer porque es una problemática que requiere de inmediata intervención”. Además se continuará con acciones de concientización y charlas.
“También tenemos que tomar conciencia todos que estos temas no los podemos callar y que si vemos situaciones que son raras, extrañas, maltrato a un niño, golpes, manoseos no nos callemos y busquemos ayuda porque si no esto sigue sucediendo. Si somos toda la sociedad una red de contención y cuidado evitaremos a niños el sufrimiento que después se arrastra toda la vida. No solamente los que trabajamos específicamente en esto tenemos la posibilidad de ayudar. Esta es una realidad que existe y no significa vivir con miedo pero si hay que educar a los niños, hablarles explicarles y darles la confianza para que puedan hablar”, concluye.