En una semana la Argentina tendrá nuevo Presidente y en el sprint final de la campaña aparece un suceso que puede resultar determinante: el último debate presidencial, que se desarrollará este domingo a las 21 en el Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA). Allí Sergio Massa (Unión por la Patria) y Javier Milei (La Libertad Avanza) podrán exponer ideas propias y falencias ajenas para tratar de conquistar a un remanente de votantes que puede ser decisivo en una elección que se presupone pareja.
Como en los debates anteriores, la coyuntura ofreció un hecho fuerte en la previa. En esta última semana explotó la causa del espionaje ilegal, una revelación que aún no dejó ver sus puntos más oscuros, pero salpicó al oficialismo. Anteriormente, cuando Massa se aprestaba a llegar a Santiago del Estero para el primer debate, estalló el yate-gate con Martín Insaurralde y su lujosa aventura amorosa con Sofía Clerici en Marbella. Y horas antes del debate en la Facultad de Derecho, Hamas comenzó a bombardear Israel, en el marco de un conflicto que tomó rápidamente escala mundial y tuvo algo de repercusión en la política doméstica.
De todas maneras, por fuera de esos sucesos y enfocados en lo que viene, los candidatos trabajaron en las últimas horas en los seis ejes que tendrá este tercer debate: Economía; Relaciones de Argentina con el mundo; Educación y Salud; Producción y Trabajo; Seguridad; Derechos Humanos y Convivencia Democrática. Esta vez, cada uno tendrá seis minutos para exponer sus ideas. En ese lapso, el contrincante podrá intervenir, por lo que se augura un intercambio más dinámico que en las ocasiones anteriores.
Otra particularidad de este evento organizado por la Cámara Nacional Electoral (CNE) es que los candidatos podrán moverse alrededor de los atriles, en una zona demarcada. Massa estará en el costado derecho del escenario y Milei se ubicará en el izquierdo. Ambos tendrán a sus invitados de frente. Y un último gran detalle es que en esta oportunidad los aspirantes a la presidencia no tendrán material de lectura en sus atriles. Solo podrán contar con hojas y una lapicera para tomar apuntes.
La fuerza de lo propio y la paja en el ojo ajeno
El equipo de Massa dejó trascender que la estrategia del actual ministro de Economía será poner el foco en contar propuestas propias. El exintendente de Tigre se enfocará en destacar las medidas adoptadas y desarrollar ideas en cada eje. Algo similar, si se quiere, a lo que intentó Agustín Rossi en el debate de vicepresidentes, en el que se enfrentó a Victoria Villarruel. El santafesino resaltó medidas propias y, en la medida en la que pudo, evitó confrontar.
Por el lado de Milei indicaron que la falta de material de lectura en el atril no será un problema, aunque es un recurso que el economista utilizó en las contiendas discursivas anteriores. Otro punto que sobresalió en las últimas horas fue el pedido de aclaración por parte del equipo del libertario sobre el uso de los seis minutos de exposición de cada eje. Exigieron que les aclaren cómo estaba previsto el intercambio entre los candidatos, pero Unión por la Patria interpretó ese pedido como un cambio de reglas a última hora. Finalmente, el tema no pasó a mayores.
A lo largo del viernes y del sábado, Milei utilizó su tiempo para preparar un debate más concentrado en el contenido que en las formas. Permaneció en un hotel porteño junto a sus asesores de mayor confianza e injerencia en esta instancia: Santiago Caputo, Karina Milei y Nicolás Posse.
A pesar de la importancia que cada equipo de campaña le da a las ideas y propuestas propias, lo que dejaron los anteriores debates es una intención permanente de marcar, siempre que se pueda, el error o la falencia en el rival. Los cruces y las chicanas están a la orden del día y el debate es una caja de resonancia que causa efecto en los medios de comunicación y las redes sociales. Dicho esto, es de esperarse que haya algún que otro intercambio subido de tono.
Fuente: Cadena3