Llegó a su fin la capacitación para realizar jabón y detergente a partir de aceite usado de cocina, iniciativa impulsada por la diputada Sofía Galnares, en conjunto con Espuma y el Pastor Samuel Yakuto.
«El objetivo de este tipo de acciones va mucho más allá de la elaboración de jabones. También persigue un fin social, económico y de concientización ambiental», explicó la diputada.
La legisladora recordó que el curso duró tres meses, y ponderó que «además de generar la posibilidad de impulsar un emprendimiento y una oportunidad de empleo verde para las más de 30 mujeres que se inscribieron, logramos que un montón de localidades se involucren o, por lo menos, despertarles el interés por el tema de la economía circular, que los residuos no son basura y si los separamos se pueden convertir en algo más, como en este caso puestos de trabajo”.
Paralelamente, aseguró: «Desde mi lugar como diputada quiero que, si hacemos una capacitación laboral, detrás haya un paradigma, que es el de la economía circular, demostrar con hechos lo que sostenemos con la teoría. Empleo verde, economía circular, significa que, con un residuo, podemos generar un puesto de trabajo”.
Triple impacto
La diputada provincial explicó que con el proyecto de la Jabonería Social se busca generar un «triple impacto»; ambiental, al reutilizar el aceite usado se logra evitar que termine en las cañerías o en lugares donde pueda generar contaminación; económico, porque los jabones son producidos a muy bajo costo y se convierten en un bien vendible, dando la posibilidad a los participantes de obtener ingresos mediante un emprendimiento propio; social, al tratarse de un proceso de producción de fácil aprendizaje que permite la integración social, la independencia laboral y el desarrollo personal.
«La sociedad ha comenzado a pensar de otra manera en materia de ambiente y producción, ya no viéndolos en conflicto sino como aspectos que pueden presentar beneficios mutuos», remarcó la legisladora.
Para finalizar, Galnares agradeció «al intendente de Venado Tuerto, Leonel Chiarella; al pastor Samuel Yakuto del Templo Evangélico Bautista; a Nicolás Biolatto, coordinador del programa Espuma; a las docentes y a todos los participantes”.