(PR/NM) La vocación y el compromiso marca una diferencia en cada trabajo, profesión o servicio y los resultados se notan en pequeños gestos, caricias al alma que en definitiva sólo sirven para señalar que se anda en el camino correcto.
El periodista firmatense Guillermo Bravo compartió una bella historia que brilla por su inocencia y porque demuestra que, en el ámbito de la comunicación, las noticias no son todas malas. En este caso, Bravo destaca un hecho que reconoce la labor como docente de un maestro de Melincué y que marca esa vocación y compromiso, en definitiva, con los actores de un futuro que es hoy.
«En la noche del martes del 17 de diciembre, un maestro de la localidad de Melincué se sorprendió de la manera más linda: todos los alumnos de tercer grado lo fueron a buscar a su casa para invitarlo a una cena de despedida», contó Guillermo.
El popular maestro es Ale Altamirano, quien acompaña a niños y niñas de esa localidad desde primero a tercer grado con un especial vínculo, no sólo con los padres, sino también con sus alumnitos.
«La idea de ir a buscarlo en bicicleta a su domicilio partió de ellos, porque este maestro periódicamente se tomaba el tiempo para ir buscarlos e ir todos juntos en bici a la escuela. Ale es de esos maestros entrañables que, seguramente, quedará en la memoria de sus alumnos de la Escuela N| 162 «Dr. Felipe Carreras» de Melincué, provincia de Santa Fe», analizó Guillermo Bravo.
Ser docente
Jorgelina Lastiri, profesora de La Plata, definió claramente qué es la docencia: «Es la vocación que, en medio de tanta adversidad, empuja a tantos docentes en el país a continuar enseñando. No obstante, desempeñar la tarea con entusiasmo y dedicación no es suficiente, la vocación docente no debe limitarse al amor por la profesión. Quien tiene verdadera vocación se plantea la excelencia como meta, cree en el perfeccionamiento, reconoce la necesidad de adecuarse a los cambios y elige posicionarse como actor y no como mero espectador en el escenario actual».
Y sin dudas, Ale Altamirano es el actor principal para sus niños melincuenses.