(PR/Pablo Salinas-Santiago Córdoba) El pasado 13 de enero, la presidente de la comisión vecinal del barrio Favaloro, Evangelina Rodríguez Bustamante, presentó ante el Municipio venadense, una nota cuestionando la posibilidad de que en un futuro cercano se instale una planta de reciclados de plásticos en ese sector de la ciudad.
En la misiva se precisa que el emprendimiento funcionaría en un lote ubicado en la esquina de Barberis y Ruta Nacional Nº 33, propiedad de Carlos Alberto y Carlos Vicente Vélez.
La vecinalista planteó que la intención sería “moler y derretir toneladas de plástico las 24 horas, todos los días del año, con el impacto que esto va a tener en nuestro suelo, aire y agua, además del movimiento de vehículos llevando los plásticos; el criadero de roedores; ruidos de máquinas, esparcimiento en el aire de desperdicios, y todo lo que eso conlleva”.
En este marco, Rodríguez Bustamante señaló que los vecinos desconocen si el emprendimiento ya tiene autorización y habilitación municipal, pero sí tienen la certeza de que está hecha una presentación para llevar adelante una “actividad declarada como
Fábrica Artesanal de Tablones y Otros Artículos Producidos con Reciclado de Plástico”.
Los vecinos del sector están preocupados por el impacto en la salud humana que podría tener convivir con una fábrica de estas características, y los efectos sobre el medio ambiente “debido a la generación de contaminantes atmosféricos, agua y suelo”.
La dirigente barrial en la carta, que lleva la rúbrica de cerca de medio centenar de vecinos, enumera los distintos contaminantes en el aire, agua y suelo que se generarían con este emprendimiento y sus efectos sobre la salud de la comunidad, como problemas respiratorios, cáncer, enfermedades cardiovasculares y daños neurológicos, entre otros.
“Es fundamental evaluar específicamente la planta de reciclaje de plásticos en una zona residencial donde viven personas, asesorarse con expertos para determinar el nivel de riesgo”, afirmó la vecinalista.
Ordenanza Nº 5752/23
En la ordenanza Nº 5752/23 se establece que “los señores Vélez están interesados en su adquisición (del lote) para construir en ellos un edificio para producción de tablas de plástico y otros artículos no vinculados a elementos destinados a alojar comestibles, bebidas y/o sustancias de uso humano, procedimiento a desarrollarse mediante el proceso de extrusión de plástico”.
En la normativa también se aclara que los empresarios aseguran que la actividad “no generará residuos industriales peligrosos (de acuerdo con la calificación provincial), y que la superficie efectivamente utilizada para alojar extrusoras, molinos y cuba de enfriamiento no supera en su conjunto los 60 m2, habiéndose diseñado que la superficie restante se utilizará para almacenamiento de materia prima (que se trasladaría en bolsones o cubos compactados) y material procesado”.
El costo de los terrenos, en 2023, fue fijado en 93,5 millones de pesos, que los empresarios se comprometieron a cancelar “por medio de la entrega en propiedad de un camión Mercedes Benz año 2004 cotizado en 31.200.000 pesos; un utilitario Citröen Berlingo año 2014, 5.850.000 pesos; un utilitario Volkswagen Saveiro año 2016, 9.750.000 pesos; un utilitario Renault Kangoo año 2023, 14.625.000 pesos, y una rural Renault Captur año 2018, 12.675.000 pesos, más la suma de 23.400.000 pesos en materiales de construcción”.