Semanas atrás un medio de comunicación local dio a conocer un relevamiento sobre la cantidad de locales comerciales desocupados en el microcentro venadense, en una zona delimitada por las calles Casey a San Martín y de 25 de Mayo a Rivadavia. Según ese estudio de campo hay instalados en ese sector de la ciudad 487 locales, de los cuales 57 están vacíos, lo que representa cerca de un 12 por ciento.
PUEBLO Regional consultó al vicepresidente de la comisión directiva del Círculo de Corredores Inmobiliarios de Venado Tuerto, Eduardo Di Nardo, quien analizó la situación desde el punto de vista de los propietarios de estos inmuebles.
“Hay mucho locales comerciales desocupados en la ciudad y no creo que en esto haya que achacarle a los propietarios la responsabilidad. Me parece que acá hay que tener en cuenta todo lo que implica poner en marcha un comercio. Hoy con una tasa de interés del 50 o 70 por ciento anual para los plazos fijos, creo que aquel que tenga la posibilidad de impulsar un emprendimiento lo va a pensar dos o tres veces. A eso hay que sumarle las tarifas, las cargas sociales y todo lo que implica estar al frente de un comercio”, razonó Di Nardo.
En este punto reconoció que a través de su inmobiliaria tiene locales comerciales en alquiler en distintos puntos de la ciudad, a precios módicos, y no hay ningún tipo de consultas.
Al analizar el contexto en el que se da esta crisis comercial en la ciudad, el dirigente comentó que “el panorama es muy desalentador, no hay clientes en los comercios. Durante la mañana no anda nadie por la calle Belgrano, no hay consumo, entonces por más que el alquiler esté barato no hay ventas. Todo el dinero que se va para pagar tarifas de luz, gas, agua, seguro de autos, y todo lo que ha aumentado en estos últimos tres años es el dinero que falta del consumo. Hasta que no se reactive la economía los locales comerciales no van a tener clientes”.
Para Di Nardo la salida más común es la de abandonar los locales alquilados y trasladar los comercios a los domicilios, reducir personal para evitar pagar leyes sociales, y tratar de recortar al máximo los costos para poder seguir trabajando.