El frigorífico de Venado Tuerto recibió los primeros 100 animales destinados a la faena. Se trata de una noticia que, en las últimas horas, tras la intensificación de la crisis, se había puesto en suspenso. La fecha prevista era para el 14 de agosto, pero los efectos de las corridas cambiarias obligaron a retrasar la decisión por parte del grupo Minerva Foods, dueños del establecimiento que reabrió sus puertas recientemente.
A principios de junio último se habían reanudado las actividades con objetivos de capacitar mano de obra en el despostado de medias reses y, al mismo tiempo, poner la planta en condiciones en cada una de las cadenas productivas. La etapa de reacondicionamiento se extendería dadas las dificultades provocadas por los nueve años de inactividad.
Cristian Crudelli, del Sindicado de Trabajadores de la Carne del departamento General López, se mostró conforme con el anunció porque la concreción de la faena permitirá la incorporación de nuevo operarios. Actualmente hay más de 200 personas trabajando en el lugar. Además, se podrá planificar la reinauguración oficial que se especula pueda ser para noviembre. Para ese momento, la intención es contar con 400 trabajadores en la planta.
Sin embargo, para una faena a pleno la compañía necesitará atender las nuevas normativas ambientales, y para ello se le ofreció la continuidad de una obra iniciada por la Cooperativa de Obras Sanitarias, una de cuyas redes troncales quedó a unos 600 metros de la planta. Se trata de una intervención que daría solución a los efluentes cloacales del frigorífico y posibilitaría extender el servicio de saneamiento a los barrios de la zona norte.
Por último, Crudelli expresó que el nuevo escenario internacional aparece como una oportunidad para el sector, tanto por la apertura de nuevos mercados y la creciente demanda asiática, como por el tipo de cambio elevado. Sin embargo, apuntó que la inestabilidad de la economía nacional agrega un manto de preocupación inevitable.
«Estos cíclicos sacudones económicos y financieros nos obligan a ser cautos, sobre todo cuando están en juego las expectativas de tantas familias urgidas de una fuente laboral como podría ser en estos tiempos el frigorífico», explicó Crudelli.