La presentación formal como ministro de Seguridad de Marcelo Sain, dejará durante mucho tiempo una impresión profunda en los 19 jefes de las unidades regionales que lo escucharon hace 10 días en la Casa de Gobierno. Fueron 50 minutos en los que los oficiales jerárquicos con la máxima responsabilidad territorial en la provincia, que en promedio tienen 45 años, recibieron un menú de reglas de juego pronunciado de manera descarnada y con inusual franqueza. “Quiero que las escuchen de boca mía”, dijo Sain al bajar las directivas centrales de gestión, en una atmósfera de silencio de iglesia.
*“No me gusta que la calle me la manejen los delincuentes”; *“Quiero que les quede claro que los senadores no son jefes de policía. Se acabaron las jefaturas de policía paralelas. Los jefes están sentados en esta mesa”;
*“No les vamos a pedir un mango. No hay caja. Ninguno come vidrio. Tenemos años de experiencia en esto. Ustedes sabrán lo que hacen, pero no los vamos a defender ni por la malversación de un cucurucho de helado”;
*“Los vamos a defender a muerte a ustedes en la medida que ustedes cumplan”;
*“Cuando hay dudas levanten el teléfono, dudas tenemos todos, van a tener en nosotros compañeros de trabajo”.
Tales las frases que resonaron en el amplio salón donde también estuvieron los jefes máximos de la Policía provincial, Víctor Sarnaglia y Martín Musuruana.
MODERNIZACION
“Acá hay una policía que requiere de un proceso de modernización. La policía de Santa Fe tiene una matriz que nunca se discutió en la democracia santafesina, que es para qué está y qué funciones cumple. De hecho, me están llamando de otras carteras ministeriales pidiéndome policías para cualquier cosa. La policía hoy es bombero para apagar cualquier incendio. Eso debe terminar, porque desprofesionaliza a la policía, y no son tareas propiamente policiales. En lo que vamos a trabajar es en un área en general desatendida que es el control del crimen.
Fuente: Aires de Santa Fe