(Pueblo Regional) El pasado 14 de enero fue presentada en la ciudad de Rosario la Tarjeta Alimentaria, actividad de la que participó el ministro de Desarrollo Social nacional, Daniel Arroyo, el gobernador Omar Perotti, e intendentes y jefes comunales de toda la provincia, entre ellos el venadense, Leonel Chiarella, y su secretario de Salud y Desarrollo Social, Marcelo Krenz.
En diálogo con Pueblo Regional, el secretario de Salud municipal describió que “lo que se plantea es una ayuda en un plan alimentario, con una tarjeta que va a tener un monto de 4 mil y 6 mil pesos, que sale de un entrecruzamiento de sistemas de Anses, con la Asignación Familiar por Hijo”.
Según apuntó el funcionario “esto viene a complementar la Asignación y alcanzaría a madres con hijos menores de 6 años, embarazadas o con certificado de discapacidad”.
En el mes de febrero comenzaría a estar disponible la tarjeta en Venado Tuerto, las entregará el Banco Nación y sólo servirán para la compra de alimentos, principalmente, lácteos, carnes, frutas y verduras.
Para Krenz, “lo importante de este sistema es que se va utilizar todo el programa informático y se sabrá bien cuál es el consumo de la tarjeta, en qué rubros alimenticios específicos”.
Por otra parte consideró que “esto viene a reactivar toda la economía alimentaria, porque toda esta plata que va a circular va a favorecer a todos los comerciantes, entonces es importante que estén registrados y tengan el pos net”.
El funcionario opinó que “este plan me parece excelente para el momento que estamos pasando en el país. Esto viene a cubrir una necesidad de que los niños tengan su alimentación básica”.
A partir de los números de pobreza e indigencia del Indec, el secretario estimó que en Venado Tuerto hay alrededor de 3600 a 4 mil personas en situación de indigencia, y remarcó que además de la problemática en la niñez, en estos tiempos se ha sumado la crisis que afecta a los adultos mayores.
El Estado municipal, además de resolver la cuestión alimentaria, quiere apuntar a la cobertura de salud para todo el grupo familiar, con un seguimiento a través de los centros barriales, y un control desde lo educativo para corroborar que los niños asistan a la escuela.