Gobernador de Santa Fe (2011-2015) y presidente de la Cámara de Diputados provincial (2015-2019). Presidente del Partido Socialista de la República Argentina.
En el cierre de un año atípico Antonio Bonfatti sostiene el bajo perfil público pero se mantiene activo puertas adentro del Partido Socialista. En diálogo con La Capital, el ex gobernador y presidente a nivel nacional del PS habló de todo y de todos: el primer año de gestión de Omar Perotti, el regreso del concepto de “narcosocialismo” a la escena pública santafesina, las luces y sombras de la administración Alberto Fernández y su relación con Miguel Lifschitz.
—¿Cuál es su balance de este casi primer año de gobierno de Omar Perotti?
—La verdad es que ganó las elecciones y uno esperaba que formulara un plan de gobierno pero no hemos visto nada escrito, nos preocupa. Más allá de la pandemia, que obviamente tiene su impacto, este ha sido un año perdido. No sólo no se ven proyectos, sino que dejan de lado aquellas cosas exitosas que hizo el Frente Progresista.
—¿Por qué cree que se da esta situación?
—Porque asume sin proyecto, con ideas viejas y falta de gestión. No se ha dado cuenta de las transformaciones que se han dado en el Estado en los últimos doce años.
—El gabinete está poblado de funcionarios de las administraciones de Reutemann y Obeid. Más allá de la línea ideológica del gobierno, ¿esperaba más gestión?
—Estamos en una situación totalmente diferente a la de hace veinte años, hoy el Estado necesita una mayor agilidad. Cierran los nodos cuando lo que precisa la gente es el contacto directo con los funcionarios, se centraliza todo en las manos del gobernador, son todas prácticas antiguas las que está llevando adelante el gobierno. Además, no veo a los ministros activos, es preocupante.
—Hablando de ministros, usted fue ministro de Gobierno. ¿Cómo interpretó la salida de Borgonovo después de los dichos de Perotti sobre futuros cambios en el gabinete?
—Borgonovo era el único ministro con el que los actuales integrantes del Frente Progresista que están en diferentes funciones tenían diálogo. Esto suma preocupación, porque si con el único que se podía dialogar era Borgonovo no estamos en el buen camino.
—Hace unos meses caracterizó a Perotti como exponente de “la derecha”, ¿Sostiene esa definición?
—Más que adjetivarlo, me remito a los hechos: la falta de creatividad y agilidad del gobierno para dar respuesta a las distintas necesidades que existen. Estamos en una situación muy grave, con desocupación, pobreza. Más que nunca se necesita un Estado presente
—Esta semana la secretaria de Derechos Humanos habló de “narcosocialismo”, ¿Qué sintió cuando volvió ese concepto al debate público provincial?
—Lo usaron como eje de campaña para denostarnos. No sólo el actual gobernador sino también quienes gobernaron hasta 2015 a nivel nacional. Quienes más combatimos y enfrentamos el tema del narcotráfico fuimos nosotros. Las organizaciones delictivas más connotadas cayeron presas durante nuestros gobiernos. Utilizar esto es caer en lo más profundo del barro. Si creen que con eso construyen política, se equivocan.
—¿Esperaba que el gobernador o algún otro funcionario de primera línea pusieran paños fríos?
—Durante la campaña el propio gobernador habló de complicidad, por lo que no me extraña que no salga a desmentir estas cosas.
—¿Cómo evalúa el desempeño del ministro Sain?
—Me remito a las estadísticas: ahora estamos bastante peor que antes. Por lo tanto le exijo respuestas para los santafesinos. Se prometió mucho paz y orden, y estamos cada vez peor.
—¿Cómo ve el rol del Frente Progresista en la Cámara de Diputados? Durante todo el año desde el peronismo han acusado al bloque de querer cogobernar.
—Lo que hace el bloque en la Legislatura es lo que corresponde a los legisladores de la oposición: controlar al Ejecutivo y proponer leyes, y cuando no se coincide con las leyes expresarlo. Esto es lo que se ha hecho durante todo este tiempo.
—Algunos dirigentes del radicalismo y el PRO plantean un frente de frentes contra el peronismo, ¿descarta absolutamente esa posibilidad?
—No es posible construir un frente si no se coincide en una matriz, que tiene que ver con un proyecto y un programa, que es lo que hemos sustentado con el Frente Progresista. No veo posibilidades con el PRO; no por las personas, que son respetables pero con las que no coincidimos con su pensamiento. No creo que podamos constituir un frente con ellos de ninguna manera.
—Lo paso al ámbito nacional, ¿Cómo está viendo la dinámica política en este año tan complejo?
—Se empezó con mucha esperanza respecto de un gobierno que planteaba diálogo, consejo económico social, e impuesto a las grandes fortunas. Se ha avanzado poco en este terreno. Esperamos que la economía despegue de una vez por todas, hay que tener mucha más agilidad para generar más empleo y hacer más federalismo. No estamos de acuerdo con la reforma judicial, porque creemos que es más de lo mismo. Hay que poner en marcha el Ministerio Público de la Acusación tal cual lo ha votado el Congreso y no insistir con jueces que son afines al gobierno de turno. Eso le ha hecho mucho mal a la democracia argentina en las últimas décadas.
—El escenario nacional está copado por dos grandes polos. ¿Hay espacio para una tercera alternativa?
—Indudablemente, la grieta ha demostrado ser un fracaso, ni unos ni otros han podido sacar el país adelante. Hace falta una política de diálogo. Por eso insistimos con el consejo económico, social y político, donde pongamos el acento en políticas de largo plazo. Hay un lugar vacante que debemos llenar las fuerzas de centroizquierda con un tercer espacio que este país necesita.
—El año pasado usted quedó molesto por el armado nacional y la candidatura de Urtubey como vicepresidente en la fórmula de Lavagna, ¿Cómo está su relación con Lifschitz, que fue el representante del socialismo en esa negociación?
—Con Miguel tengo diálogo, como con todos los compañeros del partido. Como en una familia, podemos tener matices y miradas diferentes en algunos temas pero nos une un mismo ideal y un mismo proyecto.
—¿Se ve candidato en 2021 o 2023?
—Nunca me propuse como candidato a nada, todas mis candidaturas surgieron por decisión unánime del partido. Ya tengo un recorrido de 49 años en el que ocupé numerosos cargos electivos y también es necesario que otra gente más joven tenga lugar. Muchos hablan de juventud pero después le niegan los espacios.
Fuente: La Capital