(PR/Franco Santinelli) Carla Mansilla es de Firmat, tiene 40 años y es madre de un chico de 15. Trabaja en una clínica oftalmológica y es profesora de yoga. Siente muy a gusto tener disciplinas de alimentación y cuidado del cuerpo en general. Curiosa por naturaleza, entró en el mundo del fitness donde conoció personas nuevas y nuevos desafíos. Actualmente compite profesionalmente en fisicoculturismo y el 30 de junio de este año fue campeona en la provincia de Buenos Aires.
Carla nunca había entrado a un gimnasio antes. “Me interesó conocer a nueva gente, ese nuevo entorno, soy profe de yoga, vegana. Yo ya venía con esta mentalidad de disciplinas en la alimentación, del cuidado del cuerpo”, comenta y agrega: “Quise conectar desde otro ámbito, ejercitar el cuerpo. Empecé a escuchar sobre la disciplina fitness, sobre el reto diario y me dije: lo voy a intentar”.
Luego de un año de llevar adelante una rutina de ejercicios notó el progreso en su cuerpo y con un poco de timidez señala: “Fui viendo que mi cuerpo empezó a cambiar y me empecé a gustar enfrente del espejo. Tenía un cuerpo tonificado y como faltaba un poco de tiempo para la competencia me animé”. En 2019 compitió por primera vez en Rosario, donde salió tercera.
En el mundo del fisicoculturismo se desarrollan distintas categorías que pasan, por ejemplo, por el culturismo clásico, body fitness y bikini fitness (para mujeres). Esta última categoría es donde Carla compite. Ella alienta a las demás personas: “En este deporte no hay límite de edad, de hecho, hay categorías de 60 años para arriba”.
Mansilla cuenta con un coach a distancia que le brinda online toda la parte de nutrición y entrenamiento. Gerardo Repollo es campeón argentino y sudamericano; y es también quien la guía y le da soporte psicológico en las competiciones.
En Firmat, la ciudad donde vive, entrena con Román Nasazzi, que es el encargado del gimnasio. Prácticamente es su personal trainer y quien facilita los horarios para entrenar cuando ella lo desee.
En el año 2020 compitió en su primer torneo argentino, donde quedó en cuarta posición. En marzo de 2021 se llevó la medalla de plata en una competencia que se realizó en la provincia de Buenos Aires, denominada Torneo Copa Fénix. No conforme con los resultados, en junio de este año volvió a competir en tres categorías, donde recibió medallas de oro, plata y bronce. En este punto afirmó que “ya con un cuerpo totalmente definido, más atlético, me animé y salí campeona”.
El reglamento
Dentro del reglamento hay ciertos elementos que deben cumplirse, el cuerpo debe estar definido, pero no marcado del todo, las posturas deben ser sensuales y demostrar mucha seguridad en el escenario. “En la categoría bikini fitness se piden líneas suaves, o sea, que el músculo se note pero que no existan surcos, que no esté esa definición tan marcada que los culturistas llamamos rajado”, explica la deportista.
En la competencia se piden buenos hombros y una cintura pequeña. Las piernas deben generar un efecto de tonicidad, pero los músculos, por ejemplo, el cuádriceps no debe notarse demasiado.
“Las competidoras realizan cuatro posturas reglamentarias y una pasada individual donde cada una muestra sus puntos fuertes. Cuenta muchísimo la estética, el pelo, el rostro, la actitud. Todo el cuerpo debe presentar un aspecto joven, saludable y vigoroso. Se debe estar alegre, haciendo notar que una disfruta de ese momento”, cuenta y se nota en su voz un gran entusiasmo, como si recordara sus posturas en los momentos previos a ganar la competición.
Por supuesto que las rutinas no son nada sencillas, pero ella habla de ejercicios llevaderos y de una motivación que sale desde el corazón. Dentro de sus rutinas deportivas realiza una hora de hipertrofia (levantar mucho peso) y confiesa que lo más difícil es mantener la dieta. “Hay etapas de permitidos, y etapas que no. Las etapas de definición y competencia son muy estrictas porque hay que llegar con cierto porcentaje graso, no retener líquido”, describe.
Participar de este tipo de competencias tiene un costo económico elevado, en lo que refiere a vestimenta, adornos, zapatos, viajes. Carla no cuenta con ningún patrocinador, y aunque le parezca una buena idea y existan colegas que los tienen, siente que vivir la experiencia es lo emocionante.
A modo de despedida concluye con una frase que remarca aún más su enamoramiento con esta disciplina: “Yo creo que una lo hace más de corazón, más por motivación que por el dinero”.