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¿Tomamos una copa y aprendemos de vinos?

(PR/Andrea Acedo) Modo Vino es un emprendimiento de Josefina Fantini y María Soledad Butigué. Una es sommelier con certificación Level 3 y Lic. en Ciencias Sociales y la otra es Lic. en Administración de empresas. Juntas se dedican a la venta, catas, eventos y capacitaciones a sus clientes.

 

Mañana viernes organizaron un evento que será el primero de cuatro encuentros de Cata de vinos. Será en la Pastelería O´Boyle, Mitre 1210 de 19 a 21 hs. Quedan poquísimos lugares para anotarse al 011 6885 3758 (Soledad Butigué).

 

Los otros tres encuentros restantes serán el 7 y el 21 de octubre y el 4 de noviembre. Las temáticas que se abordarán serán Análisis sensorial y manejo de fichas de cata, El viñedo, De la uva al vino y Crianza y potencial de guarda.

 

Estos encuentros se denominan “Aprendé catando”, viví una experiencia multisensorial de la mano de bodegas reconocidas y se puede asistir a los cuatro encuentros o sumarse al que más le interese a cada uno.

 

Nos comunicamos con Josefina Fantini para conocer un poco sobre la propuesta y meternos un poquito a conocer el mundo del vino:

 

P.R. ¿Qué podrá conocer la gente que participe en este primer encuentro?

J.F. Será una Cata de vinos en donde la gente pueda hacerse de herramientas a la hora de elegir un vino en un supermercado por ejemplo donde no hay nadie que lo oriente. Comenzamos con el viñedo, desarrollamos el concepto de terruño, de identidad porque Argentina se vende al mundo justamente por sus terruños. No es igual un vino de Patagonia que un vino de Salta, cada terruño va imprimiendo características. Después pasamos a un poco de vinificación siempre comunicando el concepto de estilos, que existen vinos jóvenes que son pensados para consumir prontamente, que hay vinos de guarda. La gente a veces atesora en su casa un vino con mucho valor emocional y resulta que es un vino que no está admitido para guardarlo tanto tiempo. Y no lo sabe porque nadie le ha contado. Estaremos viendo esas herramientas y otras como leer etiquetas, todo en un contexto bien amigable, lúdico, relajado. Esa es nuestra propuesta.

 

P.R. Josefina, ¿cómo te vinculaste al mundo de los vinos?

J.F. Estudié en Buenos Aires una carrera vinculada con el Derecho, me recibí. Después empecé a estudiar sommelier y entré en una multinacional, en Chandon y trabajé aproximadamente 18 años. Comencé a formarme y después saqué certificaciones internacionales. Sé que el conocimiento que estoy dando es preciso y está basado en teoría y en práctica que hay una certificación internacional que me avala. Eso me da seguridad y sé que lo puedo hacer fácil para que la gente entienda.

 

P.R. ¿Qué función realizan en tu emprendimiento?

J.F. Cuando regresé de Buenos Aires, armé un proyecto que es usar a la comunicación enológica como herramienta de venta de manera que, por ejemplo, me llama un cliente y me dice que quiere comprar un vino, no le diré sólo que lo compre porque este vino es bueno, sino que trataré de conocer cuál es su gusto. Si prefiere los suaves, los más intensos, cuál va a ser la ocasión de consumo. La ocasión de consumo define todo. Si me decís: -quiero un vino blanco, no es lo mismo un vino blanco para un postre que para acompañar una comida. No es lo mismo un vino que va a ser de conversación en el que vas a tener un contexto relajado que un vino que lo querés guardar. En una fiesta no podés poner vinos demasiado pesados, porque si se va a desarrollar durante un par de horas tienen que ser vinos fáciles de tomar, no vinos que rápidamente te saturen por el nivel de alcohol y por tener un cuerpo muy importante. Tienen que ser vinos pensados para cada ocasión. Lo que a mí me motiva es que, con el presupuesto que me den, tratar de elegirle al consumidor la mejor opción. Si tengo un presupuesto más holgado siempre será más fácil y tendré muchas opciones. Pero con presupuestos más acotados, sabiendo que clases de vinos le gusta al cliente, le presentaré todo el abanico que se ajuste a sus necesidades y posibilidades. Ese es el desafío del profesional.

 

P.R. ¿Cómo es tu apreciación en cuanto a los gustos de los venadenses?

J.F. Lo que más se ve es la elección del Malbec. Otro desafío que uno tiene como comunicador, es hacerles ver que en la Argentina tenemos una multiplicidad de cepas, o sea de variedades plantadas, en terruños. Entonces pueden conocer excelentes Pinot Noir que van a ser justamente más suaves para beber, muy elegantes o comunicarles que hay Petit Verdot o Sauvignon Blanc para sacarlos un poco del Malbec. Argentina tiene mucho más que Malbec para ofrecer, tantas variedades. Cuando van aprendiendo y uno les va contando, van abriendo el abanico y ahí encuentran que no le gustaba el vino porque lo encontraba muy intenso o porque no habían dado con la cepa ni con el estilo de vinificación correcto porque nadie le había explicado.

 

P.R. ¿Hay un interés mayor por aprender de parte de dueños de comercios que venden vinos?

J.F. Sí porque todo fue cambiando y ahora nos encontramos con clientes más avezados, con más acceso a la información y que preguntan y les gusta cuando hay un feedback con un profesional que sabe lo que le está diciendo, que lo puede respaldar.

 

P.R. ¿Hacés otro tipo de asesorías fuera de tu emprendimiento?

J.F. Además de este proyecto que tengo estoy en un restaurante en Venado y la propuesta es que cuando el cliente elige lo que va a comer, yo me acerco y le propongo distintas opciones de vinos de los que tenemos para que haga el maridaje, siempre teniendo en cuenta primero lo que pidió para comer, después su gusto y las distintas opciones en presupuesto. Es como un ejercicio muy rápido porque no hay que invadir. Cuando preguntan el porqué de tal recomendación de vino, el sommelier responde y explica por qué hizo esa cata de bebidas, porque lo planteó así, por qué eligió esas zonas, esos enólogos, esos estilos de vinificación. Entonces la próxima vez que viene al restaurante dice que le gustó ese vino que tomó la ocasión anterior y pide otra recomendación para probar otro. Es un lindo intercambio.

 

P.R. ¿Quién puede participar de la Cata de mañana?

J.F. El mundo del vino cada vez se amplía más. Están los que les gusta beber cerveza y que pueden optar por vinos más ligeros y ahora que viene el verano, en un atardecer se pueden disfrutar de vinos que no sean tan complejos, vinos de conversación. Esta abierto para todos lo que quieran experimentar vinos con una información muy fácil, siempre basada en probar. Vamos a beber vinos, les voy a ir explicando toda la teoría que después es volcada en la copa. Apreciarán por qué tal vino es más intenso, por qué es más suave, por qué tiene tantas lágrimas, por qué se le siente la madera, por qué tiene capacidad de guarda o por qué no. Será fácil, en un ambiente bien lúdico, relajado como es la Pastelería O´Boyle con cosas ricas como broche de oro. Será una experiencia multisensorial porque así es el vino.

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