«Estamos evaluando cambiar de actividad», sentenció Héctor Trilla, dueño del pesquero «El Amanecer», uno de los dos embarcaderos que presta servicios a los pescadores deportivos que llegan los fines de semana con sus cañas para probar suerte con la pesca del pejerrey de la laguna La Picasa. El establecimiento, uno de los dos puertos de bajada y arribo para lanchas de pescadores deportivos, emplea a siete personas y crea alrededor de un centenar de puestos de trabajo directos cercanos al emprendimiento, sin contar los indirectos y el impacto en las actividades comerciales y de servicios que demandan los visitantes en las poblaciones cercanas.
«Estamos todos resignados a que la situación quede como está. Ya terminó la temporada y ahora no tenemos demasiadas alternativas. Estamos en épocas de veda para los pescadores de red, pero ellos continuaron con la actividad normalmente y no respetaron el acuerdo que se firmó con la provincia”, argumentó el empresario y no descartó la posibilidad de recurrir a un recurso de amparo para asegurar la continuidad laboral. Además, se quejó porque “desde el gobierno provincial, les autorizaron dos días más de pesca por lo que ahora tienen actividad toda la semana”.
En una reunión realizada con posterioridad a la firma del acuerdo, los pescadores pidieron más días de pesca. “A cambio le pedimos que durante 2023 nos dejen pescar durante cuatro días en lugar de tres, pero no aceptaron y ellos siguieron pescando como si nada hubiera pasado mientras nosotros seguimos respetando el acuerdo inicial”, argumentó Trilla.
El convenio al que refiere establece, entre otros puntos, que cuando se realice pesca comercial no haya pesca deportiva para evitar que confluyan las dos modalidades en un mismo momento. Se limitó la pesca deportiva solamente a viernes (a partir de las 11), sábados, domingos y feriados y bajó así la cantidad de días y también el cupo de capturas que antes estaba estipulado en 40 unidades y ahora se permiten 30.
Para la pesca comercial se estipuló la prohibición de que el pejerrey sea transportado o comercializado entero fuera de la jurisdicción y de ese modo se obliga al procesado en el lugar en el que fue pescado para preservar la incidencia económica que tiene el valor agregado de la actividad en la población.La pesca comercial quedó así habilitada de lunes a viernes (este día hasta las 11) y se debe respetar la veda de tres meses durante el período de desove.
Sin presencia oficial
“La provincia nos falló, no nos dio ningún apoyo y nunca vino a verificar nada. Nunca apareció nadie e inclusive ahora anunciaron que van a construir un puerto para que la comuna cobre por las piezas que se capturen en los pesqueros, algo que también debería contemplar a los pescadores de redes”, se indignó Trilla.
Remarcó que “el presidente comunal de Diego de Alvear es muy flexible con su gente. No controla a los pescadores comerciales, no dio apoyo a los pesqueros deportivos y lamentablemente faltó acompañamiento político para manejar esta situación”.
“Ellos están pescando todos los días, incluso tengo un video en el que se quejan que una lancha rompió una red, pero estaba filmado un domingo, cuando no pueden pescar con red. Es una lástima porque no cuidan nada, estamos en época de desove e igual tiran las redes. Incluso las dejan de un día para el otro en épocas en que el pescado se pone feo y lo tienen que tirar”, contó el empresario y reforzó: “Están haciendo un desastre. Si a esta laguna le hubieran respetado la veda por lo menos durante dos meses después podrían pescar tranquilos y garantizarían que no se pierda el recurso. Pero lamentablemente no respetan y nadie hace nada”.
Desilusión
“Estoy entregado y muy desilusionado con el manejo político de la provincia. Nos generaron un daño económico muy importante. Pero no quiero entrar en polémica porque no me gusta pelear con nadie. Siempre traté de dialogar, de llegar a un acuerdo, pero nunca entendieron nada”, se quejó Trilla y afirmó que “la comuna no nos atiende. Les envié un mensaje con el video pidiendo explicaciones porque ese día ellos no pueden pescar. Sin embargo, esperan que salgamos de la laguna para entrar el domingo y calar las redes. Estamos ante una burla hacia nosotros”.
“Me extraña que la provincia no quiera cuidar el recurso para luego fomentar el turismo. Esto convocaba a gente de todo el país y era un verdadero atractivo turístico con un movimiento económico increíble. Nunca lo entendieron, simplemente no les atrae o tienen intereses creados”, remarcó e insistió: “Estoy pensando muy bien cada paso para ver qué hacer en el futuro. Es muy probable que al pesquero no lo abra más. Estoy pensando en cambiar de actividad porque estamos ante una situación que no sabemos cómo manejar”.
Luego de señalar que no puede dialogar con nadie para destrabar la situación, afirmó que “el presidente comunal de Diego de Alvear no da ninguna respuesta. Sostiene que su gente tiene que comer y a eso lo entendemos. Pero les propusimos miles de posibilidades para arribar a un acuerdo que no perjudique a nadie. Hasta planeamos vallar la laguna para que ellos pesquen tranquilos y no tengan problemas. También que entren guías y no particulares con sus lanchas y muchísimas otras alternativas. Pero no, ellos se mantuvieron en la negativa”.
“Ya no quiero discutir más, produce mucho agotamiento y es muy duro mantener esto durante todo un año de conflicto. Por un lado, pagamos a la comuna lo que corresponde por la actividad y por otro, nos encontramos con un frente de pelea, con amenazas y problemas”, sostuvo y destacó: “Hace tres años que tenemos abierto el pesquero y siempre tuvimos problemas. Nos hicieron piquetes en la puerta, luego vino la pandemia, este año surgió este conflicto. Cada año generan algún problema para que nosotros no pesquemos y ellos puedan extraer todo el recurso. Creen que la laguna es de ellos, cuando en realidad es de la provincia. El responsable de esta situación es el presidente comunal de Diego de Alvear que no se las aguanta para poner los límites y generar las condiciones para que podamos trabajar todos tranquilos y en paz”.
El daño
En el pesquero El Amanecer, similar al contiguo llamado La Picasa, trabajan siete empleados y alrededor de 70 guías. Algunos parten con varias lanchas, por lo que se estima un total de 100 embarcaciones con guía en actividad por pesquero. A eso se agregaban los particulares que ingresaban a la laguna por su cuenta, quienes también demandaban servicios.
En el lugar se crearon otros puestos de trabajo que cubrían personas de la localidad como venta de carnadas, gastronómicos, fileteadores, cuidadores y serenos.
Según cuentan los propietarios, cuando se restringió la actividad menguó la cantidad de visitantes y actualmente pesca poca gente. “Los números no son muy brillantes y ahora llegó el momento de tomar una decisión para evaluar qué vamos a hacer. Quizás en enero tengamos que tomar la determinación de tramitar un recurso de amparo para que nos dejen trabajar todos los días o directamente abandonar la actividad”, concluyó Trilla.
Fuente: La Capital