Peñarol es pasión, sentimiento, amor puro a esos colores amarillo y negro que empezas a querer desde el día que tus viejos te llevan por primera vez a práctica. Recuerdo que no había nada más lindo que recibir esa primer camiseta que te daban para jugar el partido. Con 5 o 6 años mientras te cambias, comenzas a soñar despierto, escuchas con atención las indicaciones del profe que es como tu otro padre, para después salir a la cancha con el pecho bien inflado de orgullo porque sos del negro. Aprendes a compartir, a unirte a tus compañeros en los festejos, pero mucho más en las derrotas, y es ahí donde vas captando valores que te marcan, y te van formando como persona.
Peñarol es la colonia de vacaciones, la pileta desde temprano, y de a ratos salir a tirar al aro en el gimnasio, y por último pasar por la sede antes de volver a casa.
Es esperar la trafic o el colectivo con el bolsito, sentado en la vereda abajo del escudo.
Peñarol es mi abuelo Antonio contandome hermosas historias de aquel tri campeonato de 1931, 1932 y 1933 donde hacían cosas increibes para entrenar y llegar a jugar los partidos, todo por amor a los colores. Ni más ni menos…
Es Rene Mestre pasando horas enteras tirando al aro para mejorar su efectividad de distintos ángulos..
Peñarol es el abrazo y la sonrisa de Botella junto a sus muchachos dando la vuelta olímpica en aquella gloriosa tarde del domingo 10 de enero de 1985 en la cancha de ellos.
Es la magia y la calidad en los pies del Guacho Baravalle, el sentimiento la pasión y la dedicación del inolvidable Veneno Gianassi.., son los goles, dobles y triples del talentoso Tumba Rossi.
Es ir de pibe a la cancha, ubicarse cerca de “ La 14”, y contemplar ese aliento incansable, incluso desde antes que empiece el partido.
Peñarol es la presencia y la entrega del Pilo Garbocci debajo del aro, es la garra y el corazón de Marcos Lomardi.
Es disfrutar de la fineza y elegancia del Mago Coscio y los tantos y tantos goles del Gringo Taparello.
Peñarol son aquellos campeonatos de Basquet logrado por esa camada de pibes bien aurinegros, que vivían en el Club, si decimos Luisito, Jose, Nacho, Yoni, Pato, Matias.. no hacen falta los apellidos..
Peñarol es el mudo Martinez preparando unos chori, es el recordado Gordo Araya marcando cada fin de semana la cancha.., que era como el patio de su casa. Pero por sobre todas las cosas, Peñarol es su gente, esa que lo hizo Gigante durante estos 100 AÑOS, la gente que siempre está, la que más alienta, en las buenas y sobre todo en los malos
momentos.
Quizá me olvido de un montón de gente, pero no sin antes nombrar al querido ÑAUFA, que seguramente estará vestido de aurinegro y alzando su copa en este preciso momento, por el GLORIOSO PEÑAROL y cantando como todos nosotros
…. “DALE NEEEGRO, DALE NEEEGRO.. DALE NEEEGRO, DALE NEEEGRO…”
FELICES 100 AÑOS PEÑAROL!!!!!