(PR/Giuliana Ghignone) Federico Parodi es un joven venadense que se propuso crear comunidad, aportar a la ciudad un espacio donde ya no sean las horas las que marquen el ritmo, ni el dinero lo que condicione la felicidad. Durante muchos años, siguió mandatos, cumplió con las reglas que el sistema establece con la voz de su conciencia que le indicaba que por ahí no era. Viajó y conoció otras formas de vida, se animó a probar y entonces soltó todo lo que alguna vez le dio “seguridad”. Así, nació Ypacaraí, un lugar de encuentro que pretende llegar a ser un centro cultural de la ciudad.
“Un día me encontré criticando a Venado Tuerto, por todo lo que no tenía y no me gustó verme en ese lugar. Desde entonces me propuse trabajar aquí para aportar mi “granito de arena”, cuenta el entrevistado que aspira a iniciar algo nuevo, abierto a los cambios que la vida proponga y con la ilusión de compartirlo también con personas que puedan estar transitando el mismo camino en cualquier otra parte del país.
Este proyecto emplazado sobre calle Chaco a 100 mts de la ruta nacional 33, nace desde la necesidad de encontrar un espacio en donde la cultura, la naturaleza y el respeto por la naturaleza puedan fundirse. “Este proyecto podría decirse que viene lento a los ojos de cualquier persona ajena, pero yo creo que en realidad viene a su tiempo. Algo que aprendí cuando comencé a soñar este lugar es a respetar los tiempos que propone la naturaleza.”
Si bien dentro del mercado inmobiliario esta zona es considerada “baja” esto no fue un obstáculo ya que todo lo construido en el lugar fue pensado en base a este tipo de geografía y siempre con el principio de sustentabilidad, sin intervenir ni modificar por mero capricho. Actualmente, trabajan en una reserva de agua del cual se desprenden canales que riegan toda la flora nativa y culminan en una huerta también diseñada con el propósito de producir sus propios alimentos.
Ypacaraí avanza a paso seguro y con ella empiezan a darse los primeros encuentros que motivan e inspiran a su creador. Talleres de percusión, de arte, ciclos de mujeres, propuestas de juego libre, un momento para conectar con la naturaleza y trabajar para un mundo más libre de prejuicios, con más libertad, atentos a todo lo que sucede si dejamos las pantallas y nos compartimos. ”Es un espacio que se va construyendo de las distintas miradas”, agrega.
“Lo que me pasó a mí cuando encontré este terreno es lo que yo estoy buscando en los demás. Que uno venga acá y encuentre el espacio para poder hacer actividades, proponer talleres y que no haya un impedimento económico. Que sea una puerta abierta a la cultura y que cada uno pueda hacer lo que quiera en este espacio”, cerró Parodi.
