(PR/GiulianaGhignone) Hace 10 años José Galuchi empezó su emprendimiento de huevos de pascua y por estos días vuelve a la calle para venderlos como le gusta a él “cara a cara”, una modalidad que la pandemia le había impedido. Por estos días, de mañana o tarde, se lo puede encontrar en la esquina de Avellaneda y Saavedra.
Con un espíritu vital y joven, José y su mujer Teresa cuentan que aprendieron a hacerlos en la iglesia a la que concurren. “Una vez nos invitaron a hacer huevos para otras familias y allí aprendimos” relata Teresa, tiene 76 años y confiesa que cada año piensa que ya no va a continuar porque el cuerpo ya no es el mismo, pero sin embargo las ganas le dan el impulso para nuevamente ponerse en acción.
Ambos jubilados han llegado a hacer más de 1500 huevos en las temporadas record. “Elegimos la mejor calidad para hacerlos y los precios son accesibles porque nosotros los hacemos pensando en que todos puedan tener un huevo de pascua porque sabemos que a veces para una familia numerosa se hace difícil”, explica Teresa.
Todos colaboran en este negocio, incluso el hijo y la nuera de José. Uno derrite el chocolate, otro hace los moldes, otro decora y después ¡a vender! Hay un lindo clima de trabajo, animados recuerdan anécdotas que fueron acumulando en casi una década “lo hacemos porque nos gusta, disfrutamos todo el proceso”, aseguran.
En total, son alrededor de dos meses el tiempo que les lleva desde el momento que compran el material hasta la última venta.
