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Abuso policial en Firmat: Intolerable

(Firmat)

Bajada: Un joven de 22 años fue golpeado, desnudado, mojado con agua para ser sometido a descargas eléctricas, filmado en posiciones sexuales y amenazado de ser penetrado con un palo de escoba por el ano por agentes de la Policía de la Provincia de Santa Fe. Lo confirmaron a PUEBLO Regional fuentes del propio Gabinete Provincial. El Juez de Instrucción Leandro Martín y el Ministerio de Seguridad, así como algunos dirigentes locales; elevaron su voz e intervinieron decididamente. Secuelas de la saturación policial y las razzias permanentes con las que se pretende generar “sensación de seguridad”.  

 

Firmat/Región- El sábado 30 de junio, entre las 14:30 y las 15:00 hs el joven de 22 años Alexis Meyer fue levantado de la vía pública en una de las calles de la ciudad de Firmat, según él mismo declaró ante el Juzgado de Instrucción de Melincué, y trasladado en móvil policial hasta la Comisaría 13 (del populoso barrio Fredickson). Allí fue golpeado, desnudado, mojado con agua para ser sometido a descargas eléctricas, filmado en posiciones sexuales y amenazado de ser penetrado con un palo de escoba por el ano. Ni más, ni menos ¿Fue la única vez que ocurrió cosa de similar estilo en sede policial de Firmat? ¿Existen controles que garanticen que este tipo de situaciones no se sucedan en comisarías de Venado Tuerto o de la región? Toda aquella sinrazón tuvo punto final con la orden judicial, emanada del Juez de Instrucción Leandro Martín, que dispuso la detención de los 6 policías que cumplían aquella guardia, incluido el titular de la comisaría, Edgardo “El Turco” Alé.  

 

Por horas la policía negó haber detenido al joven

Norma Meyer, madre de Alexis y protagonista de toda esta historia relató ante PUEBLO Regional que aquel día: “terminamos de almorzar tarde y (Alexis) sale a eso de las 15,30 aproximadamente para encontrarse en una placita con la novia (…). Cuando va llegando, a unas cuadras, lo aborda el patrullero y lo levanta violentamente, como está pasando desde hace un tiempito acá en Firmat, y lo llevan diciéndole que el comisario quería hablar con él”. El relato continúa: “lo llevan y empiezan a hacerle preguntas que mi hijo no sabía, que no conocía nada de lo que le preguntaban (…) porque está trabajando y en plena recuperación de adicciones”. Hasta allí nadie sabía cuál era el paradero del joven de 22 años. Una vecina que observó la escena, se contactó con la novia de Alexis y, finalmente, con Norma. “Ahí viene mi nuera y me cuenta. Entonces sale mi hija mayor y va a la comisaría y pregunta si estaba allí mi hijo. Pero le decían que no. Una y otra vez le decían que no. Como no volvía, me fui también y me decían a mí también ‘que no’. Me decían: ‘no señora, si estuviera acá yo se lo diría’. Lo negaban. Hasta que yo comencé a exaltarme e insistí: ‘a mi hijo lo tienen acá, y lo quiero ver’, y empecé a los gritos porque mi hijo ya estaba amenazado de muerte”, continuó. Norma relata que fue esencial la llegada de su asesora legal la Dra. María de los Ángeles Sacnún, a partir de la cuál los policías reconocieron que efectivamente allí

había estado el joven Alexis (cuestión que negaban hasta hacía segundos) e incluso accedieron a devolverle sus pertenencias: celular, cigarrillos y bicicleta. 

 

Pobres, de no más de 25 y con problemas de adicción: blanco móvil

Alexis habla con culpa. Errores cometidos en el pasado y un problema de adicciones con el que lucha día a día, parecen hacerlo dudar hasta de sus propios derechos, aquellos que le asisten por ser inherentes al ser humano, más allá de errores o aciertos. Al iniciar su relato señala: “sé que no soy el más bueno de los pibes, me he mandado mis cagadas, pero no ando en nada malo ahora”. Como si “el andar en algo malo ahora” habilitara las atrocidades cometidas por la policía en esta ocasión, en ‘La 13’. Según su relato: “la versión de ellos (de la policía) es ‘que yo me les crucé, que ellos me pararon, me dijeron que el comisario quería hablar conmigo, y que yo voluntariamente me subí al móvil’ (SIC). Y nada que ver. No es así. Ellos en todo momento me subieron pegándome, forcejeándome…”, comenta. Y agrega: “estoy indignado, porque si esta es la justicia que hay no tiene nada que ver. En lugar de dar el ejemplo me torturaron, me ataron, me desnudaron. Me querían meter un palo en la cola, en un momento; que eso fue lo que más me asusté y me  fui, como pude… Me les escapé, gracias a Dios”. 

 

El “por algo será”: patente de corso para la mala policía en Firmat y Venado

La amenaza propinada por estos policías es estremecedora por lo verosímil. Alexis relata: “me decían ‘que me iban a hacer desaparecer’, ‘que yo era un caco y que me iban a tirar en un campo con un tiro en la cabeza’. Que me iban a poner un arma en la mano… Me decían: ‘total de voz quién se va a quejar, si sos un caco’. Yo lloraba de impotencia (…). Por eso logré escaparme del patio y me fui desnudo, saltando tapiales hasta que pude llegar a un lugar donde me ayudaron (…)”. El terror de los Meyer no es antojadizo. Y el joven de 22 años señala sus argumentos: “ya hace un tiempo atrás aparecieron unos chicos muertos en la ruta, quedó todo en duda cómo fueron las cosas… Yo la verdad que tengo ganas de vivir. No me voy a matar por nada. Ellos me dicen que me van a encontrar drogado muerto por ahí… Yo tengo unas ganas de vivir bárbara ¿Mira si me voy a quitar la vida? Tengo un montón de cosas para luchar, por mi hermano, por mi vieja que está sin trabajo”. Escalofríos genera la inexplicable reacción de una parte de la sociedad firmatense que lejos de repudiar los excesos policiales en sí mismos, se dedica a analizar el comportamiento pasado de Alexis por lo que, evidentemente, aquella especulación policial sobre el poco valor que le asignarían a su muerte genera escalofríos. Norma Meyer, en este sentido señala: “yo ahora tengo tranquilidad (luego de las detenciones) pero el miedo siempre esta. Yo entiendo que hay otra gente que está indignada. Que cree que mi hijo es mala persona. Mi hijo no es una mala persona. En el momento en que él anduvo mal yo nunca lo negué. Yo lo ayudé (el comisario lo sabe), lo saqué de las juntas. Mi hijo cambio, dejó casi totalmente el alcohol y las drogas… Las amistades, que lamentablemente era lo que más me preocupaba… Desgraciadamente no voy a decir que acá no pasan cosas, hay muchos robos. Que a mi me preocupan también… Pero mi hijo no tenía nada que ver”. Hasta la propia Norma cae en el error de creer que los abusos policiales pueden tener algún asidero, si afectan la integridad de personas responsables de delitos. Así como nadie puede justificar a un delincuente porque delinque, nadie (ni nada) puede justificar a un policía cuando delinque.

 

Antecedentes de violencia institucional en la policía de Firmat

Norma sostiene que la policía de Firmat tiene marcado a su hijo: “yo creo que (la policía) lo tienen marcado porque no es la primera vez que le pegan. La otra vez me lo

dejaron inconciente, y uno de los tantos buenos policías me le dio agua, le limpió la boca que la tenía toda llena de sangre, que se estaba recuperando de todos los golpes que le habían dado”. Respecto al dramático momento en que Alexis, desnudo y torturado, logró escaparse de la Comisaría 13, Norma señala: “mi hijo en ese momento se escapó, me llamó una vecina porque mi hijo le pidió auxilio, que si no se escapaba me lo mataban. Porque imagínese cómo han jugado con él que lo desnudaron, lo mojaron con una manguera, lo ahogaban, le bajaron corriente con un palo, con un cordón, lo desnudaron completamente, lo filmaban, lo hacían hacer poses, que le metían un palo en la cola. Y no sé cuántas atrocidades que no se en que país estamos viviendo. Yo tengo miedo pero no voy a parar hasta llegar al final, que se haga justicia, porque creo que ningún chico puede pasar lo que pasó mi hijo”. 

Nota publicada en la primera edición de julio en papel de PUEBLO Regional

 

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