(PR) En tiempos de bolsillos flacos la economía familiar requiere de sacrificios, y entre los más importantes está la variación de la dieta con el reemplazo de las fuentes de proteínas. En criollo, se dejan de comer ciertos productos y se los reemplaza por otros de menor costo. Por ejemplo, se deja de comer carne vacuna y se la cambia por pollo, cerdo, o harinas.
“En el negocio estamos manejando lo mismo o quizás un poquito más de mercadería, por lo menos ese es el impacto en mi negocio, aunque se comenta que en otros lugares aumentó mucho la venta”, señaló Cristian De Dio, de Pollo Campo, en diálogo con Pueblo Regional.
Tratando de contextualizar la situación, De Dio planteó que “el precio de la carne de vaca se fue muy arriba y entonces la gente empezó a buscar otras alternativas como el cerdo y el pollo”, y apuntó que “ante la necesidad de incorporar alguna proteína en la dieta se comenzaron a volcar más al pollo y bajó el consumo de vaca”.
En este contexto, y estos tiempos en los que “el mercado manda”, ante el aumento de la demanda de pollo también subió su precio, aunque por el momento dentro de valores lógicos con un ajuste que rondó el 5%, según afirmó el comerciante, que además apuntó que desde abril que no se movía el valor.
“Lo que si aumentó mucho fue la venta de alitas, recortes y menudos, que son las partes más económicas del pollo, y se está vendiendo un poco menos de milanesa”, graficó De Dio y se mostró a favor de que “se mantengan las ventas o aumenten, pero que no suban los precios” por eso, es que decidió congelar los valores en su locales de «Pollo Campo».
