Un hombre de 41 años fue condenado a 14 años y seis meses de prisión por haber abusado sexualmente de su hija menor de edad en la localidad de Amenábar. La fiscal que estuvo a cargo de la investigación es Rafaela Florit.
La sentencia fue dispuesta por la jueza Lorena Garini en el marco de un juicio en el que se abreviaron los procedimientos y que se desarrolló en los tribunales de Rufino. El hombre condenado admitió expresamente su responsabilidad penal como autor del delito de abuso sexual con acceso carnal agravado.
Los hechos ilícitos por los que fue juzgado se perpetraron durante tres años y comenzaron cuando ella aún transitaba su escolaridad primaria. La denuncia fue realizada por un médico de guardia de un sanatorio privado de Rufino a raíz de una consulta profesional.
Abusos
La fiscal indicó que «el condenado abusó de la víctima en reiteradas ocasiones durante tres años», y precisó que «los ilícitos comenzaron en la época en la que ella transitaba la última parte de su escolaridad primaria». En tal sentido, manifestó que «los hechos fueron cometidos en una vivienda en la que ambos residían junto con la madre de la niña».
«Para agredir sexualmente a su hija sin que nadie pudiera defenderla, el hombre aprovechó los momentos en los que su pareja dormía o estaba fuera del domicilio», afirmó.
«Durante años, la víctima evitó hablar con otras personas sobre sus padecimientos porque tenía miedo de sufrir represalias por parte de su padre», aseveró Florit.
Consulta médica
En cuanto al origen de la investigación, la funcionaria relató que «en febrero de 2022, la víctima fue llevada por sus padres a un sanatorio privado de Rufino a raíz de un malestar físico vinculado a los abusos», y aclaró que «la madre no estaba enterada de la conducta delictiva».
Florit especificó que «en el centro médico, el profesional de la salud que la atendió advirtió que algo fuera de la normal estaba pasando. Entonces, pidió quedarse a solas con ella, y fue en ese momento en el que ella le reveló que desde hacía tiempo su padre la sometía a situaciones abusivas». A su vez, Florit expuso que «luego fue atendida por una ginecóloga a la que también le contó lo que le había hecho el condenado».
La fiscal valoró que «el médico fue quien radicó de inmediato la denuncia correspondiente», y agregó que «tanto él como la especialista en ginecología declararon en el marco del legajo». Según añadió, «como elementos probatorios, se incorporaron además la entrevista en Cámara Gesell realizada a la víctima, y los informes de diferentes prácticas médicas realizadas».
