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Autovía-Autopista 33, dos décadas de gestiones, promesas y frustraciones

(PR/Pablo Salinas) A mediados de noviembre de 2005 se hizo una masiva reunión en el Centro Cultural Municipal venadense, donde más de 400 dirigentes se reunieron para hacer oficial el pedido de construcción de la Autovía 33, entre Rosario y Rufino, impulsada por la Comisión Plan Autopistas constituida tiempo antes.

Mucha agua pasó debajo del puente desde entonces, pero lo único cierto es que el proyecto tuvo pocos avances en el terreno, más allá de los carteles que en distintos puntos de la arteria nacional anunciaban la pronta ejecución de la obra.

Ya durante la administración de Roberto Scott se comenzaron a agitar las aguas para esta vital obra para la región, y las gestiones se fueron sucediendo en el tiempo, aunque siempre fueron infructuosas.

“Recuerdo cuando Scott era intendente que se hicieron muchas reuniones, y una muy importante que se realizó en el cine del Shopping, con el Sindicato de Camioneros, y ahí se comenzó a conformar la Comisión Plan Autopistas, con Ovidio Butani, estaban todos los presidentes comunales, y era presidente Néstor Kirchner todavía”, relató el ex intendente venadense, José Luis Freyre para Pueblo Regional.

Ese grupo dirigencial realizó varios viajes a la Capital Federal, como los que actualmente realiza el ministro de Obras Públicas, Lisandro Enrico, y así “se logró armar el proyecto de licitación de la obra”, puntualizó Freyre.

Primeras promesas

Así se llegó al histórico 13 de julio de 2007, cuando Néstor Kirchner, en un acto en Rufino, anunció que el proyecto de la Autovía 33 se extendería hasta esa localidad del extremo sur provincial.

“En ese momento el problema era que el proyecto que se estaba analizando técnicamente sólo llegaba a Venado Tuerto. Ese proyecto contemplaba la Ruta 33 y la 14, después de Firmat. En aquel momento Salomón (Osvaldo, entonces presidente comunal de Chabás) y Rosconi (Eduardo, ex intendente de Casilda), hicieron una movida para que el proyecto siguiera por la 33 y no por la 14”, recordó el ex mandatario venadense.

En este punto, puso sobre la mesa una frase supuestamente lanzada por Kirchner al ex intendente Scott y otros intendentes y jefes comunales en el Aeródromo Tomás B. Kenny que le plantearon el conflicto con Salomón y Rosconi: “Está complicado, yo no compro quilombos. Convenzan a los otros dos para que no hagan lío”.

Según Freyre “esa fue la primera frustración que hubo, porque la licitación se iba a hacer en el año 2007, con Cristina como candidata presidencial, y casi segura ganadora, entonces había un buen clima para llevar esto adelante”.

En el desarrollo de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner se avanzó en los proyectos técnicos, audiencias públicas y cuestiones concretas de las trazas, “ya sabíamos por dónde iba a pasar, cuáles eran los tramos, cuándo se desviaba y retomaba la Ruta 33. También comenzaron los acuerdos con algunos propietarios de campos en el tramo Rufino-Venado Tuerto”, detalló el ex intendente.

Sistema de PPP

Con la llegada de Mauricio Macri al Poder Ejecutivo Nacional surge el sistema de contratos PPP (Participación Público-Privada), que “se arman en tres tramos entre Venado Tuerto y Rosario, y de Venado a Rufino corría por cuenta de Vialidad Nacional. Ya con Cristina habían comenzado algunos trabajos en ese tramo, con movimientos de suelo y corrimiento de alambrados, Macri continúa y coloca el famoso cartel, pero después queda ahí todo”, rememora Freyre.

De esta época hay constancia de una carta enviada por la Comisión Plan Autopista al presidente Mauricio Macri, fechada el 18 de julio de 2018. En la misiva se hacía un pedido puntual a la Casa Rosada: “Estamos alarmados por las demoras en el inicio de la obra del tramo Rufino- San Eduardo, el primer tramo del proyecto, el cual se encuentra adjudicado desde diciembre de 2017 y sin embargo no hay avances en el comienzo del mismo. Sobre el particular, y en función de lo difundido por el Gobierno nacional respecto a los recortes presupuestarios a las obras públicas, solicitamos se nos informe si esta obra, tan trascendental para la región, se verá alcanzada por dichos recortes, tal como se afirma en algunas versiones periodísticas”.

En la misma carta, se le informaba a Macri que “hoy la autopista es una demanda que no admite postergaciones. Desde hace más de 15 años trabajamos mancomunadamente desde los sectores público y privado para hacer realidad esta obra, la más importante de los últimos 70 años en la región, y que resulta cada vez más indispensable”.

Finalmente, el sistema de las PPP naufragó y las concesiones otorgadas llegaron a su fin, y todo volvió a foja cero.

Más llamados a licitación

Más cercano en el tiempo, durante la administración de Alberto Fernández, se anunciaron algunos avances en el tramo Rufino-acceso a San Eduardo, que en mayo de 2022 contaba con un presupuesto cercano a los 19.600 millones de pesos. En esos momentos se hicieron algunos trabajos de movimiento de tierra en la zona de Tarragona, Amenábar y cercanías de Rufino.

En ese período se firmaron algunos “convenios de avenimiento” y se realizaron los primeros pagos a los propietarios de tierras que serían afectadas a la obra de la Autopista 33.

El último movimiento que tuvo el proyecto de la Autopista fue un llamado a licitación del Ministerio de Obras Públicas de la Nación, por intermedio de Vialidad Nacional, para el 4 de abril de 2023, cuyo fin era “la construcción de la Autopista de Ruta Nacional Nº 33, entre el Acceso a San Eduardo y Murphy (RP 94). La obra a ejecutar sobre 39 kilómetros tiene un monto de referencia de 47.467 millones pesos, con un plazo de ejecución de tres años. Por otro lado, se avanza en la revisión final del tramo entre Murphy y Chovet para incorporarlo en el cronograma de licitaciones del organismo. Igualmente, Vialidad Nacional prosigue con el proceso de recisión del contrato entre Rufino y el acceso a San Eduardo, mientras elabora los pliegos para licitar el mencionado en dos tramos, también dentro de 2023”.

Hoy, con el inicio del gobierno de Javier Milei, las expectativas parecen más bajas que nunca. En lugar de reactivar las gestiones, el gobierno decidió detener indefinidamente las obras públicas, entre ellas la Autovía 33. Esta decisión ha sido un golpe devastador para los vecinos del sur santafesino, quienes, tras dos décadas de promesas vacías y gestiones infructuosas, ven ahora cómo su esperanza se evapora por completo.

Cada kilómetro de la fatal Ruta nacional 33 sigue cobrándose vidas, y lo que alguna vez fue una obra vital para el desarrollo de la región ahora parece una quimera. El plan de ajuste oficial claramente frena el progreso de la región, pero lo más grave es que condena a miles de personas a arriesgar su vida diariamente en una ruta marcada por la tragedia.

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