(PR/NormaMigueles) Ayer, el colegio ex Nacional 1, ubicado en Juan Bautista Alberti y Alem, recibió en su teléfono fijo dos amenazas de bomba que obligaron a las autoridades a activar el simulacro de evacuación y recibir asistencia de bomberos, la municipalidad y fuerzas de seguridad nacionales y provinciales.
En ambas oportunidades, la voz de un hombre al otro lado del teléfono dio las advertencias: por la mañana alertó sobre la presencia de material explosivo en los baños del primer piso y, por la tarde, reiteró la amenaza de bomba, sumándola además a la de una balacera.
En forma inmediata se comprobó que los llamados eras falsos, pero ya el daño ya estaba hecho porque las clases fueron suspendidas en ambos turnos.
Las autoridades escolares se fueron manteniendo en contacto con las familias en las medidas que las circunstancias lo permitían, ya que no se podía ingresar al edificio donde habían quedado las pertenencias de los estudiantes.
Las la directora del establecimiento, Sandra Bernich, dio detalles de la evacuación e informó que este martes la actividad será normal.
Ante esta situación, que suele repetirse cada año en distintos colegios secundarios, se pueden realizar dos reflexiones: la primera, es que las escuelas están muy bien capacitadas para realizar evacuaciones ordenadas, lo que es un gran punto a favor. La segunda, no tan simpática, habla de la necesidad de que la justicia tome medidas severas para identificar a quienes atenten contra la tranquilidad pública.
