Ana Braghieri es la madre de Clemente Arona. Desde hace dos décadas, ella busca justicia por su hijo. De esa manera, se convirtió en una figura de referencia, visible para muchos solo cuando recorre el centro con un cartel que lleva una imagen con el rostro de su hijo asesinado por la policía. Pero su lucha persistente dejó una huella imborrable en la historia de la ciudad. Se trata de un caso que marcó un antes y después a partir de la lucha que desarrolló contra las arbitrariedades policiales y la complicidad política y judicial.
No es el primer caso de gatillo fácil en Venado Tuerto. Entre los precedentes, Braghieri, en conversación con PUEBLO Regional, menciona el caso Figueredo. En ese marco, afirma que “se va sumando gente a esta lucha que ha comprendido la intención, que es reivindicar la figura de Clemente y la de todos los pibes que caen bajo las balas de la policía o, como en este caso, el patrullero. Ellos tienen varias formas de matanzas”.
Braghieri ha recibido adhesiones de organizaciones de todo el país y entabló contactos con distintos espacios que trabajan en relación a los derechos humanos de la actualidad y el rol de las fuerzas de seguridad. En cuanto a los controles civiles y políticos sobre la policía, Braghieri plantea que “todos se creen que están exentos de que le pase una cosa de estas”, e ilustró que a ella misma le pasaba de pensar en el “algo habrán hecho”. Sin embargo, dice que “hay que hacer entender que la policía no tiene la facultad de matar, porque no existe la pena de muerte, pero ellas la aplican sistemáticamente”.
Según la Correpi – Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional-, cada 21 horas muere alguien víctima de las fuerzas institucionales. Durante el gobierno de Mauricio Macri la tendencia se incrementó dadas las garantías y avales que descendieron como línea política desde el poder Ejecutivo, materializadas en la tristemente célebre “doctrina Chocobar”. “El derecho a matar lo tuvieron siempre, pero ahora tienen el aval del gobierno, eso es anticonstitucional”, especifica Braghieri.
Sobre la mano dura, Braghieri planteó: “qué carajo hace la Gendarmería en Venado Tuerto, se anuncia con bombos y platillos, pero nadie sabe qué es lo que están haciendo. Con todas esas fuerzas todavía sigue existiendo delincuencia. Entonces, el problema es otro”. En ese sentido, menciona el caso de Luciano Arruga, quien fue reclutado por la policía para cometer delitos y, tras negarse, fue desaparecido.