La Justicia Federal de Rosario ordenó la detención de 31 policías, entre ellos el director de Asuntos Internos de la fuerza provincial de Santa Fe, por la desaparición y muerte de Franco Casco, un joven bonaerense de 21 años que en 2014 fue demorado en una comisaría y apareció muerto 22 días más tarde en el río Paraná.
Además de los 31 policías, las órdenes de arresto incluyen a cinco civiles, profesionales que participaron de la autopsia y que están acusados de complicidad.
Muchas de las detenciones se llevaron a cabo durante la madrugada del lunes por personal de Gendarmería, en varios allanamientos simultáneos ordenados por el juez federal Carlos Vera Barros.
El magistrado está al frente del caso desde diciembre de 2014, dos meses después de la desaparición. Entonces, se resolvió que el expediente fuera investigado como una desaparición forzada de persona por lo que correspondía el paso al fuero federal.
Franco Casco, un albañil oriundo de Florencia Varela, padre de un niño de 3 años, llegó a Rosario en octubre de 2014 para visitar a familiares en Empalme Graneros, un humilde barrio del noroeste de esta ciudad.
Cuando su estadía llegó a su fin, emprendió una caminata hacia la terminal de colectivos para comprar un pasaje y regresar a su casa, pero a pocas cuadras del lugar fue detenido por efectivos de la Comisaría 7ª, quienes lo esposaron y lo trasladaron a esa dependencia. Allí, según consta en la causa, el joven habría sido golpeado y torturado hasta morir. Luego de 22 días de búsqueda, su cadáver fue encontrado en el río Paraná por personal de Prefectura Naval, en proximidades del Parque España de Rosario.