(PR/Norma Migueles) En la jornada de ayer, el juez de IPP Adrián Godoy ordenó la prisión preventiva sin plazo para Kevin P, un comerciante dedicado a la venta de automotores quien en poco más de un mes mantuvo una tirante relación con Juan Carlos Salinas, su vecino, quien el viernes 8 pasado terminó apuñalado en su domicilio de Pringles 88 y pelea por su vida por estas horas en el Hospital Regional.
En este punto, bien cabe preguntarse si esta situación se podría haber evitado, dejando unas horas detenido al irascible vecino para luego imputar y evaluar, en ese momento, la peligrosidad del sujeto, tal como se hace con tanto “ladrón de gallina”. Pero el sujeto siguió en libertad y el viernes a las 11:00 tenía que presentarse en Fiscalía, minutos antes de las 9:00 apuñaló a Salinas y huyó.
Salinas lo había denunciado porque le había disparado. De un disparo quedó la marca en su vehículo, los vecinos oyeron entre 2 y 5 estampidos. Hay testigos presenciales de los insultos y las peleas, hay un testigo que se acercó a pedir disculpas por no haber intervenido en defensa del hombre mayor cuando era agredido verbalmente, pero tenía miedo de perder su trabajo.
Y hay un coautor, partícipe necesario del desborde violento, por hecho nimio como puede ser la mordedura de un perro que, dicho sea de paso, se le borró de la memoria al imputado, cuando detalladamente justificó sus acciones anteriores y posteriores, dando su versión de los hechos. Incluso sucintamente y respecto al apuñalamiento solo dijo “yo no soy capaz de hacer eso”.
La fiscal de la causa Mayra Vuletic mencionó en la audiencia que está identificado el co autor, porque Kevin P, llegó el viernes 8 minutos antes de las 9:00 a la casa de Salinas, quien se encontraba afuera recibiendo las disculpas del trabajador. En el video se ve con claridad cuando una persona delgada baja de un auto oscuro, se acerca a Salinas, patea el perro y le asesta una puñalada en el abdomen mientras lo empuja hacia atrás, luego sale corriendo calle abajo. Metros más adelante lo esperaba el auto en que se alejaron del lugar.
El hecho tomó rápido estado público y como en muchos otros hechos, el peor enemigo es una mujer enojada. En este caso la premisa no falló, una joven llamó a las autoridades manifestando que era novia de un joven que no atendía sus responsabilidades parentales con un hijo en común y cuando le pedía dinero le decía que para tenerlos tenía que “hacer cosas malas”, al parecer el sujeto trabajaba para Kevin P. “apretando” a sus deudores.
Quiso el destino que el día anterior al apuñalamiento fuera la chica a ver al padre de su hijo y este le dijo que “tenía que c**** a palos a un viejo”. Quedaron en encontrarse el día siguiente en el Registro Civil para sacar su apellido al niño. Pero nunca apareció y hasta la fecha aún no fue hallado. En su casa encontraron una camiseta con la estampa de la empresa de Kevin P. En la medida que avanzó la investigación también en fotos tomadas en el allanamiento a la concesionaria vieron un Palio azul oscuro similar al usado por el agresor y el conductor.
Al hecho lo vieron varios testigos, que también oyeron gritar y pedir auxilio a Salinas que se desangraba por la herida en el abdomen. Las reiteradas amenazas se convirtieron en realidad.
Los hechos
El 23 de octubre pasado se produjo una discusión cuando el perro de Salinas habría mordido a Kevin o sus neumáticos. Este último reaccionó violentamente y tras pegarle al perro y empujar al hombre se fue para volver enojado, efectuando disparos al aire, de hecho, uno pegó en un vehículo de Salinas.
Siempre en un contexto de amenazas de muerte, volvió a los días a pedirle que levantara la denuncia que criteriosamente efectuó el agredido, ofreciendo una compensación dineraria, oferta que colapsó cuando llegó el hijo del hombre y no le quiso dar la mano, generando nuevos insultos, invitación a pelear y amenazas que fueron creciendo, hasta la llegada de la policía que lo retiró del lugar.
Ya fuera de los dichos y amenazas que efectuó Kevin P., hoy enfrenta sus acciones en prisión.