(PR) En los últimos días Venado Tuerto se sumó a la movida implementada en las principales ciudades de la provincia, con la destrucción de inmuebles empleados para el “negocio de la droga”.
Esta medida permite al gobierno municipal redoblar la apuesta en su lucha contra el narcotráfico, temática que llevó al intendente Leonel Chiarella a recibir el reconocimiento nacional, incluso de la actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
“Esta es una lucha permanente que venimos teniendo, de denunciar con nombre y apellido a quienes venden y distribuyen drogas en nuestra ciudad, y lo hacen con vínculos con las grandes bandas que operan en Rosario, y también con algunas vinculaciones que tienen con el conurbano bonaerense. Esta acción de denunciar con nombre y apellido, de ir a la justicia, genera molestias y las consiguientes amenazas”, resumió Chiarella su accionar frente al narcotráfico en diálogo con Radio del Sur FM 90.5.
En este contexto, el mandatario afirmó que “ante las amenazas de muerte, de tirotearnos la casa, de amenazar a nuestras familias, lejos de retroceder, lo que hacemos es ir a denunciar a quienes nos amenazan, y eso también implica un compromiso de no retroceder, de no aflojar, de no tener miedo”.
Chiarella también valoró la ventaja de contar con un Juzgado Federal en Venado Tuerto, y más aún que el juez Aurelio Cuello Murúa también sea de la ciudad, y recordó que “antes las denuncias las teníamos que hacer en Rosario, y ahora las podemos tramitar en nuestra localidad. Esto también permite que los fiscales, que muchas veces llegan de Rosario, empiecen a interiorizarse sobre la realidad de nuestra ciudad y entiendan la magnitud de los diferentes problemas”.
En cuanto a la destrucción de búnkeres de drogas de los últimos días, el intendente afirmó que “se trata de una medida muy fuerte y muy efectiva. Derrumbamos dos búnkeres en calle Pavón al 1800 y otro en Saavedra y Brown. Lo que los vecinos nos manifestaban era que no podían pasar por esas veredas, porque había aguantaderos, porque se hostigaba a los vecinos y les entraban a robar”.
En la misma línea, remarcó que “es una medida efectiva derrumbar estos inmuebles y restituirles el lugar a sus dueños originales, que en algunos casos prestaron la conformidad para que los demos de baja, porque esas casas estaban usurpadas o eran aguantaderos”.
Envalentonado por el respaldo social y político ante este tipo de medidas, Chiarella enfatizó que “es un mensaje muy fuerte a las bandas narcocriminales, diciéndoles que vamos por todo. No vamos a permitir que estos tipos le arruinen la vida a los jóvenes y sus familias”.
