viernes 22 noviembre 2024
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Comenzó el juicio al entrenador físico quien declaró dos horas ante el Tribunal 

(PR/Norma Migueles) En la mañana de hoy y tal como estaba previsto, se inició el juicio oral y público a un entrenador físico de 54 años por los abusos sexuales que sufrieron niñas en un gimnasio que entonces estaba ubicado en 25 de Mayo y Francia de Venado Tuerto. El acusado declaró durante dos horas luego de los alegatos de las partes.

El tribunal está conformado por los jueces Benjamín Révori, Aldo Baravalle y Lorena Garini (presidenta). La fiscal Florencia Schiappa Pietra investigó y llevó adelante la acusación, en tanto que el acusado cuenta con la asistencia de la Defensa Pública. Por otra parte, también participa del debate en representación de la familia de una de las víctimas, en calidad de querellante, la abogada Ana regidor. 

Tras un puntual y pormenorizado detalle de los abusos reiterados sufridos por las nueve víctimas durante su niñez y adolescencia, cuando concurrían al gimnasio para entrenar, disfrazados a su entender de masajes descontracturantes, al punto que algunos casos se la pasaban más tiempo en la camilla que entrenando. La funcionaria del MPA adelantó que solicitará que el acusado sea condenado a la pena de 35 años de prisión.

Por su parte la querella se sumó a los conceptos de la fiscal y recordó al tribunal que son casos de triple vulnerabilidad que afecta a niñas, mujeres, que sufrieron abuso sexual y violencia, aprovechando la condición de superioridad del acusado.

Schiappa Pietra lo imputó por abuso sexual con acceso carnal, abuso sexual gravemente ultrajante y corrupción de menores en dos casos. Todos los delitos fueron atribuidos y agravados por ser el acusado encargado de la educación.

También se le endilgó la autoría de cinco hechos de abuso sexual gravemente ultrajante; un hecho de abuso sexual con acceso carnal y un hecho de abuso sexual simple. Todos estos ilícitos también son agravados por ser encargado de la educación.

Los alegatos de clausura fueron programados para el jueves 14 de marzo, mientras que el lunes 18 está previsto que se realice la audiencia en la que los jueces darán a conocer la sentencia.

Autodefensa
La defensora que asumió como tal hace pocos días, según lo señalado por el acusado, tuvo poco para decir, porque él mismo efectuó su defensa caso por caso, tal como lo planteó la fiscal. 

En primer término Guillermo C. advirtió a los jueces que contó con una asistencia -a su entender- poco presente, ya que la defensora inicial sólo lo vio una vez y por meses después, y pocos días antes del juicio, asumió la actual. 

El hombre durante dos horas declaró su inocencia, considerando a Dios como único juez, “como católico que soy voy a declarar ante Dios todopoderoso” inició y en varios tramos de la declaración apeló a nombre del Creador.

Posteriormente hizo una reseña de su vida como entrenador y los logros obtenidos. También lamentó que antes de ser juzgado y condenado, su nombre fue conocido en toda la ciudad, situación que afectó a su familia. 

A renglón seguido habló de su relación con cada una de las niñas y también con sus familias, ya que según manifestó, y luego algunos testimonios lo ratificaron, no sólo iban las chicas a entrenar, sino que además también iban sus padres. Sobre algunos advirtió que dejaban solas a sus niñas y esto hacía que confiaran en él, como así también mencionó conflictos familiares.

Sin embargo, en este contexto al parecer las familias confiaban en él y lo consideraban un amigo y los invitaban a fiestas familiares. 

Testigo
El primer testimonio fue de una de las madres, quien detalló cómo se enteró por comentarios de las niñas que les molestaban los “masajes” que les daba Guillermo y empezó a investigar y hablar con otras que iban al gimnasio y sus padres.

La mujer evidenció las desagradables consecuencias de la confianza depositada en el entrenador que, por su carácter imperativo, tenía atemorizadas las chicas de corta edad, que habían hasta naturalizado los abusos a pesar de su disgusto.

También ocurrió que algunos padres optaron por sacar sus hijas tras discutir con el entrenador y no hacer la denuncia, pero en la medida que crecían las chicas sintieron también crecer la indignación y finalmente decidieron hacer la denuncia, algunas todavía menores a través de sus padres, otras ya mayores de edad que declararán en el Tribunal.

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