Las inmobiliarias se preparan para retomar las actividades de cara a la primera etapa de flexibilización de la cuarentena y luego de haber sufrido una caída sustancial que traerá consecuencias que marcarán el desarrollo de los próximos meses. Eduardo Di Nardo es vicepresidente del Círculo de Corredores Inmobiliarios y en diálogo con PUEBLO Regional explicó que esta reapertura se vive “con ansiedad, como todos los rubros, dado que el marzo nos agarró el 13 con un acumulado del 50% de los cobros, sin embargo, abril hubo una cuarentena total y tuvimos que utilizar las herramientas tecnológicas para pagos y cobros”.
El referente de los corredores locales apuntó que se “concertaron quitas de entre el 50 y el 60 por ciento y se pospusieron esos pagos hasta octubre, en algunos casos esperando las mudanzas que ahora se han habilitado”.
En cuanto a las proyecciones del futuro, Di Nardo subraya que espera una salida de la cuarentena que permita utilizar los nuevos mecanismos disponibles para brindar “mayor agilidad y transparencia”. A su vez, aclaró que “hubo una reducción de empleos y una inflación galopante durante cuatro años y ahora se está empeorando, aunque al menos los servicios esenciales están contenidos”.
“Seguiremos trabajando con transferencias bancarias principalmente y con turnos de atención de solo una persona a la vez y con medidas de seguridad”, detalló el empresario inmobiliario, y agregó: “En lo comercial estamos expectantes, pero no hay magia, el que quiera hacerse de dinero por un inmueble deberá escuchar ofertas de menos del 50% en dólares y de menos del 40% en pesos. Hoy no hay precio, el que diga lo contrario, está mintiendo, no sabemos el precio de una docena de huevos ni un paquete de puchos menos vamos a saber el de un inmueble”.
En ese sentido, el dirigente especificó que los augurios no son favorables porque “dependemos de un plan en el que el gobierno tenía en agenda volver a los créditos ProCreAr, pero todo eso hoy está postergado para utilizar los recursos en salud”, al tiempo que destacó su anhelo de que “se reactiven las actividades para tener un parámetro y a medida que se vaya progresando se de una tendencia para que el sector privado pueda afrontar una situación que será muy difícil”.
Di Nardo imagina un escenario en el cual será “difícil fijar valores entre las partes” y que “el mercado de alquileres será lo único estable con precios congelados, devaluados y encima criticados por un amplio sector. Hace 30 años que trabajo en el sector y siempre lo hice pensando en que una crisis nos toca timbre en cualquier momento, ahora está en la puerta y habrá que reinventarse”.