(Información: Maxi Monzón) El conjunto de Fernando Reali y «Cartucho» Sartori retornó a la máxima categoría del futbol ligero, después de 34 años, venciendo 1 a 0 a Sarmiento de Magiolo en la definición de la Zona Campeonato 2 Luciano López, a los 12 del complemento, marcó el único tanto del dramático y apasionante partido.
En esta última fecha, solo un equipo había quedado sin oportunidad de Ascenso directo, Ciudad Nueva. Mientras tanto la atención se centraba puntualmente en Villa Cañas, porque una victoria era sinónimo de objetivo realizado.
Por eso el partido se disputó con mucho nerviosismo, conscientes de la presión que había en torno hacia este compromiso. Pero además, el oído en Santi Spiritu porque un empate, le dejaba una remota posibilidad a Belgrano, que en algún momento de la tarde quedó cerca de la hazaña.
El primer tiempo fue favorable a la visita, el Maestro generó las mejores chances en ese capítulo. Tuvo una clara a los 20′, Inzua que termino rematando sin fuerzas a las manos de Paolilli. Más tarde sobre los 40′, se lo perdió de forma increíble Cejas, que definió de zurda y desviado.
En el complemento, Independiente urgido por la necesidad se adelantó unos metros en el terreno rival, empezó a gravitar en el ataque Maxi Aguirre y se asoció en ofensiva con Luciano López. A los 12′ los delanteros se conectaron en la zona de tres cuartos, Aguirre avanzó y metió un pase a la derecha para asistir a Luciano López, el Melli, definió cruzado por arriba del portero para poner el partido 1 a 0.
Sobre los 20′ llego la expulsión de Matias Inzua y con diez, Sarmiento se la jugó una y mil veces. Pero sus intentos se fueron diluyendo. A los 26′ Cejas disparó de media distancia, Paolili bloqueó el balón, el rebote le quedó a Coria que impacto su zurdazo al travesaño.
Hasta el final lo intento de mil modos, con pelotazos frontales, los centrales locales se cansaron de despejar balones aéreos, con pelotas detenidas tampoco pudieron.
Llego el pitazo final y se desato la euforia roja, premio para un equipo humilde con corazón grande.
Fuente: Graciela Durand