La delicada situación económica y social que atraviesa el país repercute directamente en el sistema sanitario y prueba de ello es el notorio incremento de consultas médicas en los centros de salud municipales y en el hospital provincial Doctor Gutiérrez de Venado Tuerto. La provincia tuvo que incrementar en 500 millones de pesos del presupuesto original para costear prestaciones que le correspondería a la Nación. Desde el traslado del viejo hospital al nuevo, en octubre de 2017, se incrementó un 15 por ciento la atención de pacientes.
Venado cuenta con once centros de salud municipales diseminados en distintos barrios. La directora de Salud, María Becq, advirtió que el incremento se da «fundamentalmente por personas que ya no pueden pagar la obra social que tenían». La situación es preocupante porque se está trabajando al borde la saturación por la gran cantidad de pacientes que se atienden en los efectores municipales y el hospital provincial.
Becq advirtió que «en los momentos de crisis como el que estamos viviendo, los efectores públicos tienen que dar respuesta a sectores que habitualmente venían siendo contenidos en el sector privado porque contaban con una cobertura prepaga u obra social».
A la situación económica producto de la incontrolable inflación, la devaluación de la moneda y la baja de los salarios, se suma el costo de las prepagas que para un grupo familiar ronda los 20 mil pesos mensuales. Esto sin dudas expulsa gente del sistema privado y lo transfiere al público, sea provincial, municipal o ambos.
El gerente del Círculo Médico del departamento General López, Ramiro Huber, sostuvo que «para la seguridad social, el elevado índice de desocupación y la mora en la llegada de los aportes a las obras sociales sindicales genera problemas financieros que se traducen en problemas de cobertura».
Además, el profesional especificó que el aporte del monotributista a las obras sociales es menos de 690 pesos mensuales, cuando el costo del Programa Médico Obligatorio que la obra social está obligada a cubrir está en torno a los 1.700 pesos, lo que genera un cuadro de altísima preocupación.
«Por el lado de la salud pública, asistimos a un desplazamiento de personas que pierden su trabajo o ya no pueden pagar la cuota de la prepaga, que asisten masivamente a los efectores del subsector público», dijo, y se preguntó: «¿Quién puede sostener el pago de una cuota de una prepaga que aumenta mes a mes, al ritmo de la inflación? En los últimos dos años, el conjunto de la medicina prepaga ha perdido 400 mil socios».
Resaltó que «luego de la fuerte devaluación, la reacción de los proveedores de medicamentos e insumos de frenar la entrega o no fijar precios se está pareciendo mucho a lo que ocurrió en 2001. Esperemos no llegar a situaciones límite, como la intervención de la Justicia para garantizar la provisión».
Salud municipal
Por su parte, Becq remarcó que «la Municipalidad tiene a su cargo la atención ambulatoria o de baja complejidad, ya que el Hospital no tiene consultorios externos, aunque brinda servicios de especialidades, lo cual aumenta la demanda en ese sentido».
La directora del Hospital Gutiérrez, Cecilia Petrich, explicó que «es más que claro que hay mucha gente que ha perdido su obra social o ha bajado la categoría de la prepaga, o hay obras sociales que han cambiado sus convenios con los efectores, no tienen posibilidad de respuesta en Venado y el efector de respuesta puede ser Rosario».
La directora señaló que «hay obras sociales que hace más de un año que no nos están pagando. En estos tiempos, cobrar con seis meses de atraso nos pone en un desfasaje importante, cuando nosotros tenemos que proveernos de prótesis, medicamentos y todo tipo de insumos ligados al valor del dólar».
Según la funcionaria provincial el cuadro se agrava por prestaciones y estudios que debiera cubrir el Estado Nacional y que terminan siendo costeados por la provincia para evitar que las personas, fundamentalmente las de bajos recursos, queden sin cobertura.
Situación crítica
Petrich relató que hay medicamentos que la Nación no van a enviar más. «Son tratamientos que no se deben interrumpir y eso exige que de un mes para el otro tengamos que pensar que vamos a tener nuevos pacientes que antes resolvían el problema con un programa nacional y ahora no lo tendrán más». Petrich recordó que cuando se realizó el traslado del viejo al nuevo edificio hubo un incremento de la demanda del 15 por ciento. «Estamos en una situación crítica, porque los hospitales no estamos en una burbuja que nos protege de la crisis y la realidad que nos imponen el mercado y el dólar, la gente que pierde el empleo, la precarización laboral».
Por su parte, Huber recordó que fue subsecretario de Salud provincial en el difícil escenario del 2001 y 2002, y sostiene que la situación es bastante parecida a aquella crisis que culminó con el abandono del cargo del presidente Fernando De La Rúa.