El cierre del frigorífico, además de la hecatombe económica y social que significa para una ciudad, también trae de la mano un duro golpe para hombres y mujeres que han hecho de este trabajo su forma de vida.
“El desposte y el charqueo son trabajos artesanales. No se aprende de un día para el otro para poder llegar a ser despostador o charqueador, no es un trabajo fácil, es un trabajo artesanal y es un oficio que hoy, lamentablemente, escasea”, describió el secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Carne de Venado Tuerto, Cristhian Crudelli.
En este punto recordó que tras el cierre de la planta local del Swift muchos de esos trabajadores ya se jubilaron, otros buscaron nuevas profesiones y también están los que en su intento de seguir con el oficio se mudaron a otras ciudades donde había frigoríficos en actividad.
“La mano de obra especializada no es fácil conseguirla en la cantidad que la empresa, si reabriera la planta, necesitaría. Esa es una realidad”, apuntó Crudelli en diálogo con PUEBLO Regional.
Profundizando su análisis, el gremialista comentó que “por cuestiones de la industria, charqueadores y despostadores han tenido que hacer otra cosa. Eso es una gran pérdida y una gran desilusión porque cuesta llegar a tener ese oficio. Para los que realmente sentimos la industria de la carne, estaremos trabajando de lo que sea, pero en el momento en que se reactiva un frigorífico, agarramos los cuchillos y volvemos, porque vivimos este oficio”.