La situación de los 17 trabajadores que se quedaron sin trabajo en la fábrica Chauteabriand es un problema que afecta a todo el pueblo de Carmen y se extiende en influencia sobre la región. De acuerdo al presidente comunal, Walter Czelada, el número de personas despedidas para una localidad como Carmen equivale a 500 personas en una ciudad como Venado, trazando una comparativa de la crisis que se desató con el cierre del establecimiento productivo. “Esto lleva su tiempo, el asunto es quebrarse y estar unido. La Comuna va a colaborar, como colaboraron todos para buscar la solución”, expresó.
Czelada detalla que no se comunicó directamente con el dueño para poder tener un panorama certero del estado de cuentas de la empresa y los motivos por los cuales se tomó la decisión de suspender las actividades sin goce de sueldo para sus empleados, una realidad que en los hechos concretos se traduce en el despido y cierre de la fábrica.
“Yo no tengo los números en la mano, no puedo juzgar. Yo creo que van a llegar los compradores y hay algunos muy fuertes. Él si no tiene solvencia, puede venderlo. Hay posibilidades muy solventes que pueden comprar la fábrica, que venía muy bien y se dejó venir abajo”, comenta Czelada.
En los pueblos chicos como Carmen, la Comuna juega un rol fundamental para procesar y articular respuestas ante problemas de esta magnitud. Es inevitable que las personas despedidas lleguen a las oficinas públicas en busca de soluciones. En ese sentido, Czelada aclara que se continuará el acompañamiento a los trabajadores y que la economía local se encuentra ordenada, con buen nivel de recaudación y actividad.
“Nosotros estamos bastante bien a como empezamos. No vale la pena echar la culpa al que estuvo antes, porque empezamos con 1.400.000 pesos de deuda. Acá nunca se había tocado el pavimento, estamos terminando el cordón cuneta, pinturas, sala de carnet, compras de herramientas, hay muchas obras que no se ven. Venimos recaudando bien, la gente viene voluntariamente y paga”, resume.