(Télam) El ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido pasará la noche en el Hospital Central del Penal de Ezeiza, tras entregarse en los tribunales federales de Comodoro Py y quedar detenido luego de que la Cámara de Diputados aprobara su desafuero.
El ex funcionario quedó detenido por dos causas: una tiene que ver con irregularidades en las obras de remodelación de la mina de carbón de Río Turbio y la otra con sobreprecios en la importación de gas natural licuado (GNL).
El ex ministro abandonó esta tarde los tribunales federales del barrio porteño de Retiro en medio de un gran operativo policial que incluyó una maniobra distractiva para que fotógrafos y camarógrafos no pudieran retratar el momento del traslado.
Mientras un grupo de agentes especiales del Servicio Penitenciario Federal simuló sacar a De Vido debajo de un cúmulo de escudos para evitar fotos y agresiones, el ex funcionario se subió a una camioneta que lo esperaba debajo de las escalinatas de Comodoro Py, con las ventanas tapadas con hojas blancas.
De Vido se entregó en el juzgado a cargo de Luis Rodríguez, quien tiene la causa de Río Turbio (Santa Cruz), y allí fue también notificado de su procesamiento con prisión preventiva en la causa del GNL, que tiene el juez Claudio Bonadio.
El juez Rodríguez investiga el desvío de fondos destinados a modernizar obras en la mina de carbón de Río Turbio, un expediente en el que De Vido está acusado de ser responsable de un fraude contra el Estado de al menos 264 millones de pesos.
En el juzgado de Rodríguez, De Vido fue sometido a declaración indagatoria y, si bien no respondió preguntas, hizo un breve descargo en el que apuntó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y al presidente Mauricio Macri, por lo que consideró «el show» de su detención.
Acompañado por sus abogados, Gabriel Palmeiro y Maximiliano Rusconi, De Vido se remitió al descargo escrito que ellos habían presentado el lunes pasado en el que habían pedido su sobreseimiento y habían manifestado que el objetivo de la causa era era «político» y se trataba de «desprestigiar» su gestión.
Fuentes judiciales sostuvieron que De Vido le dijo al juez que todos sabían que él no estaba en su casa y que, sin embargo, la Gendarmería debió montaron un operativo para alimentar el «escarnio» en su contra, por orden de Bullrich, a pedido del Macri.
La Cámara de Diputados aprobó con 176 votos a favor y ninguno en contra el desafuero solicitado por los jueces Rodríguez y Bonadio contra el ex ministro, en una sesión especial en la que destacó la ausencia de la gran mayoría de los legisladores del Frente para la Victoria y del Movimiento Evita, lo que dio paso a la inmediata detención del ex funcionario.
Por primera vez desde la restauración de la democracia, en 1983, se aprobó la quita de fueros a un legislador por hechos de corrupción, presuntamente cometidos durante el desempeño de De Vido como uno de los hombres más poderosos del kirchnerismo durante doce años.
El desafuero de De Vido, que se votó en una corta sesión especial, cosechó el respaldo de Cambiemos, seis diputados del FPV, bloque Justicialista, Frente Renovador, Frente de la Concordia de Misiones, Compromiso Federal-que responde a los hermanos Rodríguez Saa-, Libres del Sur, Gen, Socialistas y el Frente de Trabajadores de Izquierda.
De hecho, la quita de fueros reunió 176 votos, con lo cual superó por cuatro votos los 172 sufragios que se hubieran exigido si hubiesen estado los 257 miembros del cuerpo.
La sesión especial tuvo como dato distintivo la decisión de kirchnerismo de ausentarse y no dar pelea para defender a su ex ministro.
Pese a la decisión del bloque, hubo seis diputados que votaron a favor del desafuero: los
sanjuaninos Alberto Tovares y Sandra Castro, la chubutense Ana María Llanos, la tucumana Miriam Gallardo, y los rionegrinos María Emilia Soria y Luis María Bardeggia.
Solo hubo una abstención, que correspondió al legislador de Forja, Juan Manuel Pereyra, un ex aliado del kirchnerismo que ahora está más cerca del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti.
En la causa de Río Turbio se produjo el primer pedido de desafuero y detención contra De Vido, que había sido motorizado por el fiscal Carlos Stornelli a principios de julio pasado.
Aunque aún no se sabe en que penal quedará recluido (podía ser Ezeiza o Marcos Paz), fuentes del caso aclararon que esta noche De Vido comenzarán los exámenes médicos y recordaron que el ex funcionario manifestó ser insulinodependiente.
De Vido se entregó a las 15.10 en los tribunales federales del barrio porteño de Retiro, hasta donde llegó acompañado de Rusconi.
Al entrar en el edificio de Comodoro Py por una de las calles laterales, Letonia, y ante la presencia de los periodistas acreditados, soltó su única declaración, sin dejar de caminar: «Mándenle champagne a la doctora Carrió».
El acto de detención de De Vido se concretó recién cuando llegó al cuarto piso de los tribunales, luego de entregarse en el juzgado federal 9, donde se tramita la causa conocida como Río Turbio.
El juez federal Claudio Bonadio, por su parte, envió tres funcionarios judiciales al juzgado de su colega Rodríguez para que notificaran a De Vido de su procesamiento con prisión preventiva en la causa en la que se investigan sobreprecios en la importación GNL