El ingeniero Alvaro Soldano, docente de la Facultad Regional Venado Tuerto de la UTN integró uno de los equipos que trabajó en la fabricación del satélite Saocom 1A que este domingo fue lanzado al espacio. El investigador destacó la importancia del apoyo del Estado para avanzar con este tipo de tecnología de investigación.
“En esta tecnología Argentina ha tenido mucha continuidad, porque pasaron varios gobiernos y se siguió trabajando. Eso ha logrado que estos proyectos de largo alcance en el tiempo puedan concretarse. Lo que tienen a favor estos avances exitosos es que sustentan que se siga invirtiendo en ciencia y tecnología”, destacó Soldano desde Córdoba, en la Estación Terrena Centro Espacial Teófilo Tabanera, en diálogo con PUEBLO Regional.
Según explicó el investigador en Tabanera hay un grupo de antenas que se conectan con el satélite en su pasada en la órbita y se descarga información y se le pueden enviar mensajes. Ahora, dentro del proyecto del Saocom se ha construido otra antena en el sur del país, en Tierra del Fuego, por cuyo uso otros países pagan por el servicio.
Entre los múltiples usos que tendrá el satélite está el aspecto climático, “porque por sus características atraviesa las nubes e inclusive de noche puede conseguir imágenes, entonces nos asegura en casi cualquier condición climática que siempre se adquiera una imagen. Además, el radar es muy sensible a la humedad del suelo, entonces detecta muy bien no solo las inundaciones, sino también pensando en los productores porque nos permitirá tener un mapa de humedad del suelo para la región pampeana”.
También podrá ser utilizado para detectar buques pesqueros que están operando en forma clandestina, detectar volcanes en erupción y hasta puede detectar fallas de centímetros o milímetros en grandes obras de ingeniería, entre otras múltiples aplicaciones.
Entrando en un terreno más sentimental, el docente de la UTN local reconoció que “jamás había soñado con dedicarme a esto, pero cuando comencé a conocer esta tecnología me apasionó y casi coincidió con mi conocimiento de Venado Tuerto, entonces ahí se formó una muy buena relación con los docentes locales que son muy entusiastas en estas nuevas tecnologías. Yo vivo esto como lo vive un ingeniero, que cuando hace un proyecto y logra concretarlo, deja de ser un papel y cálculos y empieza a ser un ‘fierro’ como decimos vulgarmente, a uno le da mucha satisfacción por el hecho de que ese esfuerzo se vea concretado. Es una gran satisfacción porque han sido diez años de esfuerzos continuos”.
