Un presunto caso de bullying contra una adolescente que cursa 4º año en la Escuela Secundaria Pablo Pizurno de la localidad de Melincué fue denunciado días atrás en la región VII del Ministerio de Educación provincial que aún no tomó cartas en el asunto, razón por la cual los padres de la víctima resolvieron hacer una presentación en el Juzgado de Menores de Venado Tuerto para que investigue lo sucedido y resuelva en consecuencia.
El episodio denunciado surgió luego de que la madre de la menor, que tiene 16 años, mantuviera una reunión con la directora del colegio para consultarla sobre la decisión de que su hija tenga que rendir un recuperatorio por haber supuestamente copiado en un examen de administración, lo que niega rotundamente.
Sin embargo ello no impidió que la mujer acepte la medida y convenza a la nena para que la cumpla, como ya hizo satisfactoriamente, a fin de «terminar con esa situación tan desagradable», aunque nunca imaginó que se filtrarían algunas cuestiones que conversó reservadamente con la titular del establecimiento, y mucho menos las consecuencias suscitadas posteriormente.
Es que más allá de haber dado su conformidad con lo resuelto no se privó de expresarle a la directiva que le resultaba injusto que a su hija la hayan sancionado por un acto que, asegura no haber cometido, mientras que, en base a lo que le manifestó su hija, todos se copiaban en el salón sin que nadie controlase.
Al trascender su planteo, de lo cual responsabiliza a la directora de la institución escolar, la chica comenzó a sufrir, especialmente por parte de sus compañeras de curso, que es mixto, comportamientos y actitudes tan discriminatorias que entró en un pozo depresivo del que intenta salir a través de un tratamiento psicológico al que fue sometida en busca de contención y ayuda para enfrentar e intentar superar el problema que está padeciendo.
La primera reacción de rechazo hacia ella fue excluirla del grupo de WhatsApp e impedirle participar de actividades sociales que antes disfrutaba, como reunirse para compartir una cena, ir a un bar o salir a bailar. Y hasta le prohibieron que concurra a la fiesta de graduación de 5º año que se desarrolló el último sábado.
Si bien el hostigamiento proviene de las chicas del curso también los varones se habrían sumado o se mantienen indiferentes.
«Desde ese día —en referencia al encuentro que mantuvo con la directora— comenzó un feroz bullying hacia mi hija, con un constante acoso escolar y comportamientos violentos e intimidatorios, ejercidos de manera verbal, física y psicológica hacia ella, incluso le impidieron ir a una graduación atento a las graves consecuencias que podrían ocurrirle en caso de concurrir», indicó la madre de la adolescente en la nota presentada el 10 de este mes en la regional venadense de Educación.
En ese marco solicitó, hasta el momento sin éxito, que la cartera educativa aplique con «urgencia» una serie de normativas que velan por la defensa de los niños, niñas y adolescentes, y fundamentalmente la ley nacional 26892, que apunta a la promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad social en las instituciones educativas.
Esa norma contempla una serie de disposiciones, que habrían sido violentadas, tales como «el rechazo de toda forma de discriminación, hostigamiento, violencia y exclusión en las interacciones entre los integrantes de la comunidad educativa, incluyendo las que se produzcan mediante entornos virtuales y otras tecnologías de la información y comunicación».
Asimismo, entre otros puntos, propende a preservar «el derecho del estudiante a ser escuchado y a formular su descargo ante situaciones de transgresión a las normas establecidas».
La madre de la adolescente también pidió que se tomen medidas que garanticen «la reparación que sufrimos como familia, especialmente mi hija por haber revelado la directora de este establecimientos (apreciaciones) que no debiera haber hecho públicas, perjudicándonos moral, física y psicológicamente».
Al no encontrar respuesta insistió con una pedido de pronto despacho para que Educación se expida al respecto además de interponer una denuncia en el Juzgado de Menores de Venado Tuerto.
Gustavo Orellano