La capacitación y la vanguardia tecnológica siempre fueron los pilares indispensables del Centro de Inseminación Artificial de Venado Tuerto, una cooperativa fundada por productores ganaderos hace más de 60 años y que hoy es fuente de investigación y consulta de muchas empresas a nivel mundial.
El predio de CIAVT, como se lo reconoce, dispone de 50 hectáreas de campo, con 140 corrales para el alojamiento de toros de las más importantes razas bovinas del país.
Sus instalaciones son sometidas a inspecciones periódicas de SENASA, por lo que están habilitadas para exportar al Mercosur y aprobadas por Centro Integral de Inseminación Artificial.
En este punto estratégico del sur de Santa Fe, se encuentran más de 120 toros residentes que se afectan a producción de semen. El centro, cuenta con 10 corrales destinados a lazareto cuarentenario y otros 10 que funcionan como hospital en casos de necesidad.
Las características de sus modernas instalaciones lo convierten en un centro de producción único en el país y la región. Pero lo que más llama la atención es su nivel de tecnología superior, desarrollado gracias a su sistema cooperativo.
“Somos una cooperativa fundada en el año 1961 por ocho productores agropecuarios visionarios que tuvieron el afán de mejorar sus rodeos desde la genética”, contó a Infocampo, el actual gerente del CIAVT, Alfredo Rúveda.
Una historia con sucesos
A medida que fue transcurriendo el tiempo, la cooperativa continuó enfocándose en mejorar los procesos tecnológicos para lograr sus objetivos primordiales.
“Hace 60 años, en medio de los albores de la inseminación artificial, fuimos punta de lanza en este aspecto. Es allí que iniciamos la técnica de congelado de semen en nuestro país, apostando a una genética Premium a nivel mundial”, comentó el entrevistado.
En sus inicios, el CIAVT llegó a utilizar las palomas mensajeras como medio de comunicación entre el personal del laboratorio y los tambos, ya que en principio la mayor parte de las inseminaciones se realizaban en ganado Holando. Pero además, este emprendimiento también realizaba control lechero.
“Fuimos la primer empresa en importar prostaglandinas en la argentina para los programas de sincronización de celos y una de las impulsoras de la capacitación permanente en el control lechero”, argumentó Rúveda, haciendo un repaso de la rica historia cooperativa del centro venadence.
Por supuesto, la innovación fue siempre el motor que motivó a quienes forman parte del CIAVT. “En el año 2004 incorporamos un software muy potente que nos convirtió en primeros a nivel mundial en utilizar tecnología alemana para fines comerciales. En la actualidad innovamos con una alianza estratégica junto a la empresa Semex de Canadá, con la finalidad de compartir el equipo comercial, manteniendo la autonomía empresarial que nos caracteriza”, informó.
Semen congelado
Este laboratorio nacional, procesa la totalidad del semen de los toros que comercializa en nuestro territorio. Además, el hecho de ser una cooperativa, según el entrevistado, fortalece la inversión con la que cuenta el laboratorio modelo del CIAVT.
“Si bien se capitaliza la rentabilidad de la empresa, el consejo de administración de esta cooperativa tomó la decisión hace tiempo de invertir en innovación. La política de trabajo es incorporar los mejores adelantos técnicos y generar productos Premium que posibiliten rodeos de altísima calidad genética”, explicó el entrevistado.
Por ese motivo, el laboratorio de la cooperativa es un centro de producción de semen único en el país y a la altura de los principales del mundo. La cooperativa cuenta con equipamiento tecnológico de última generación que, sumado a la formación y experiencia de su staff de profesionales y técnicos, le permiten producir más de 6.000 dosis diarias de semen bovino, con los más altos estándares de confiabilidad genética.
Herramientas actuales para selección
Según Rúveda, actualmente existen herramientas funcionales como el fenotipo en razas de carne, que son evaluadas para obtener una mejor calidad genética. “Buscamos indagar en los caracteres funcionales de las diferentes razas. Queremos lograr toros que se desgrasen bien y que cumplan con los estándares según la raza”, enumeró.
Pero también, sostuvo que cuentan con instrumentos como la prueba de progenie, como una sumatoria de rasgos genéticos que se evalúan a través de los hijos de los toros. “A través de un sistema computarizado procedemos a evaluar pedigree, performance del toro y sus crías, lo que nos brinda un cierto grado de confiabilidad en los rasgos que buscamos”, detalló.
“Buscamos indagar en los caracteres funcionales de las diferentes razas. Queremos lograr toros que se desgrasen bien y que cumplan con los estándares según la raza”
Por último, dijo que se está utilizando cada vez más la información genómica de cada animal. “A través de la evaluación de los genes de un determinado reproductor nos damos cuenta cómo podría ser su descendencia. Con lo cual es otra herramienta que utilizamos a diario en nuestro laboratorio”, insistió.
La prueba genómica, no hace otra cosa que consolidar la confiabilidad que transmitirá los rasgos del reproductor evaluado a sus progenitores. Con este dato, el productor puede lograr el reproductor que busca con la característica deseada.
Fuente: Infocampo