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El cuerpo del hombre que nadie quiere

(Por Alejandra Dandan, Página/12) ¿Qué pasa con un cuerpo que nadie quiere? Durante el día miércoles, los 22 paneles con las imágenes de los desaparecidos de Mercedes siguieron levantados, protegiendo la entrada del cementerio municipal. La bóveda de los Videla convive ahí adentro con los restos de los cuerpos recuperados de Stella Maris Bojorge, desaparecida el 2 de julio de 1977; los de Carmen María Carnaghi, secuestrada el 4 de agosto de 1976, y de Rosa Haydée Cirullo de Carnaghi, llevada ese mismo día. Están también los tres padres palotinos asesinados en la masacre de San Patricio: Pedro Duffau, Alfredo Leaden y Alfredo Kelly. Las noticias sobre la posible llegada de Jorge Rafael Videla a Mercedes fueron varias veces confirmadas y desmentidas a lo largo del miércoles. Como en el panteón donde está su padre ya no hay lugar, se especulaba con que colocarían un caballete para hacer entrar el cadáver del dictador. A las siete de la tarde, cuando el cementerio cerró las puertas, el cuerpo todavía no había llegado. A esa hora, la plaza central de la ciudad congregó a las organizaciones políticas y a vecinos que se reunieron a repudiarlo. Una mujer escribió con marcador un cartel: “Ni vivo ni muerto”, decía: “Que no descanse en paz”.

Adelante, en la plaza, se reunieron los tres hermanos de Stella Maris: Patricia, Marcelo y Arturo Bojorge. Los huesos de Stella Maris reaparecieron el 8 de marzo de 2008, luego de una impresionante búsqueda de su familia. “No puede descansar en paz una persona que mató a treinta mil compañeros”, dijo Marcelo.

La marcha logró nuclear a todas las organizaciones políticas luego de un largo debate. Estaban el Frente Mercedino para la Victoria, La Cámpora, el PJ, pero también el Partido Socialista, el Partido Comunista, la UCR, el PO, el MST, el GEN, la CTA y la Coalición Cívica, entre otros espacios. Muchas de esas organizaciones mantienen posiciones distintas en torno de la pregunta de qué hacer con el cuerpo del hombre que nadie quiere. Aun así, firmaron un documento en común con las líneas que pudieron consensuarse. Y el documento fue la pieza política que se leyó durante el acto.

“Frente a la muerte del dictador Jorge Rafael Videla, el conjunto de fuerzas políticas, sociales y culturales decidimos convocar lo más urgente posible a una reunión de la cual surgiera alguna actividad en conjunto”, dijeron. “Los distintos participantes fuimos dando las visiones de cada uno y en pos de mantener la unidad de acción se decidió realizar el presente acto con una consigna clara y concisa: ante la muerte del dictador y genocida Jorge Videla invitamos a un encuentro de repudio a su figura y su significancia.” Y agregaron en voz alta: “Estamos acá para reforzar la idea de la democracia, más allá de las diferencias políticas y estratégicas de cada espacio vinimos todos porque necesitamos decir que Jorge Rafael Videla Nunca Más”.

“La familia de Videla recibirá el cuerpo, no interpuso hábeas corpus, no recorrieron instituciones buscando paradero, su cuerpo no fue arrojado de un avión, no fue enterrado en una fosa común. Hubo un juicio justo. Se llevó mucha información y no fue torturado como los desaparecidos y sus familiares deciden enterrar el cuerpo en Mercedes, nosotros vamos a seguir trabajando por memoria, verdad y justicia, retomando la bandera de los desaparecidos”, dijo Juan Ignacio Ustarroz, hermano de Wado de Pedro, hijo de Lucila Révora de De Pedro, desaparecida el 11 de octubre de 1978.

Mercedes es una ciudad que aún ahora se piensa en términos de pueblo chico. Beatriz llegó sola y sin banderas temprano a la plaza. “Uno no está de acuerdo con que lo traigan a este asesino a Mercedes, no lo queremos”. Frente a ella, en una esquina, estaban otra vez los carteles de los desparecidos. “Toda esta gente era vecina nuestra, todos conocidos, de las familias conocidas de Mercedes… ¡Y en su momento estábamos contentos porque teníamos un presidente! Yo siempre me pregunto qué nos pasó en ese momento. Jamás me han parado en la calle, pero a medida que se fue descubriendo esto… ¿cómo van a traer los restos de una persona que no es grata acá?”.

Mercedes declaró a Videla Ciudadano Ilustre durante la dictadura. Luego de un intento fallido, en 1998 la Comisión de Familiares y Amigos de Desaparecidos logró impulsar un nuevo proyecto en el Concejo Deliberante que lo declaró como ciudadano indeseable junto a Emilio Massera. Hasta 1992 en la ciudad funcionó ese pivote de poder que les dio vida a los Videla: la sede del Regimiento 6, comandado por el padre de Videla y años más tarde por Reynaldo Benito Bignone. Javier Casaretto, de detenidos-desaparecidos y sobreviviente, suele decir que ésta es la ciudad de las paradojas. El lugar donde nació Videla, también el lugar de Orlando Agosti y Julio César Caserotto, el hombre que cobijó la maternidad clandestina de Campo de Mayo. Fue a la vez lugar de Adolfo Servando Tortolo, refugio de Raúl Guglielminetti y, a la vez, territorio de esos demasiados 22 desaparecidos, la mayoría militantes de la JP.

“Mercedes estuvo muy dormida, tuvimos a Videla, Agosti, Caserotto, y en general es un lugar dormido y ortodoxo”, dijo Mariana San Martín, de La Cámpora. La pregunta que se abría a esa hora era qué es lo que cada uno pensaba que era necesario hacer con el cuerpo. Los acuerdos del documento no incluyeron ese punto porque las posturas son distintas. “Nos manifestamos en contra de Videla, pero toda persona merece un entierro”, explicaron desde La Cámpora. En el espacio del MST, una bandera decía: “Videla acá No”. Vilma Ripoll estuvo presente. “Junto a los desaparecidos no –decía sus consignas–, que lo entierren en el Ejército”.

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