El desarrollo de la campaña electoral llevó a un alineamiento progresivo de todo el arco kirchnerista detrás de la figura de Daniel Scioli, un personaje poco digerible para amplios sectores del espacio. Sin embargo, la síntesis electoral conjugada con Carlos Zannini logró acercar a aquellas franjas más reacias al gobernador bonaerense y lograr la unidad esperada.
“Es cierto, en muchas circunstancias tuve la posibilidad de estar dialogando, y siempre rescaté la figura de Scioli porque me parecía que iba a ser el candidato que mejor iba a defender en estas circunstancias este proyecto. El 17 de octubre se cumplieron 70 años de que venimos defendiendo ese proyecto. La verdad que es impresionante el movimiento lo que generó en la historia Argentina. Y este proyecto histórico del peronismo tiene en Scioli un candidato excelente, que se hace cargo de afrontar este desafío del momento. Creo que todo el kirchnerismo duro está sumado a esta propuesta. A veces se intenta plantear un escenario de confrontaciones, y en realidad creo que son situaciones de gran lógica porque es muy heterogéneo el peronismo, y no es sencillo conjugarlo”, dice el diputado provincial electo, Julio Eggimann, uno de los que mantuvo su defensa del candidato oficialistas aún en tiempos en que era blanco preferido de varios núcleos del gobierno.
Esa diligencia en el sostenimiento del nombre del gobernador de Buenos Aires como uno de los hombres fieles del kirchnerismo y una garantía de la victoria electoral, es un espejo en el que contrasta parte de esa otro dirigencia, que ahora ensalza las virtudes del exmotonauta, en algunos casos, con demasiado esfuerzo y sobreactuación: “a mí me alegra que algunos compañeros ya no critiquen a Scioli y destaquen sus rasgos positivos. Es un reconocimiento de los méritos. En algún momento se lo menospreció. Tiene mucha solidez en lo conceptual, que es abarcadora a las distintas cuestiones que hacen a las necesidades de la Argentina. Sabe manejar muy bien los tiempos y ha logrado seducir a propios y extraños. Se está reconociendo la previsibilidad y la seriedad”, dice Eggimann.
El dilema de la juventud
El protagonismo político que cobró la juventud con el ciclo de gobierno kirchnerista impone nuevos interrogantes hacia dentro del peronismo. Renueva la presencia de un actor que tuvo una participación clave durante tramos históricos y que, a fuerza de la represión y persecución militar, como de la astucia y el ahogo del mercado, fue corrido de la escena durante algunas décadas. Ese regreso activo genera polémicas y discusiones: “el tema del rol de la juventud dentro del campo del peronismo registra varios capítulos –comenta Eggimann, que fue dirigente de la juventud peronista-. Uno puede recordar como un error de esa juventud cuando enfrentó a Perón, que trajo consecuencias muy traumáticas aún para la propia juventud. Podemos admitir que el general podía cometer errores, pero lo cierto es que hubo un desarrollo muy inadecuado de esas posiciones críticas. Días atrás leía a la mismísima Cristina Fernández de Kirchner haciendo un análisis crítico de ese momento, incluso del pacto Gelbard-Rucci, que para Cristina misma, visto en el tiempo, era un pacto cuasi revolucionario. Esto lo decía a modo de revisión, porque en su momento desde la juventud se salió a confrontar al punto que hubo secuelas que son muy largas de detallar”.
En ese marco, la reconstrucción del carácter movimientista que el peronismo se propuso estos últimos años conduce a un realineamiento de sus fuerzas internas. Entran en juego los vínculos tejidos entre el sindicalismo debilitado y las agrupaciones de juventudes que se sumaron a la actividad política tanto desde la militancia como desde la gestión y la función pública, ocupando puestos y reclamando lugares.
“Creo que lo que está pasando hoy es distinto, porque La Cámpora, que ocupa un espacio dentro de lo que es el segmento juvenil, tiene mucha fuerza, mucho empuje, pero entiendo que va a saber ubicar su lugar en el mundo, esto es, un espacio dentro de un movimiento nacional, que tendrá que ver con su desarrollo, con su militancia, con su impronta. En ese sentido, creo que no va a haber conflictos insuperables. Si se diese un escenario donde desde un lugar interno se plantea asumir una hegemonía, una conducción, una vanguardia, ahí van a surgir los conflictos. Se viene un tiempo en el peronismo que va a ser de equilibrios internos y de síntesis de espacios”, dice Eggimann.
La construcción departamental
“Básicamente el trabajo va a ser estar al servicio de las demandas de la región. La idea es poder tener gestos que propicien unidad, entendimiento, crecimiento del conjunto. Llego a este momento con experiencia, con tranquilidad, sin ánimos de revanchismos, con la idea de trabajar de forma mancomunada. Este partido es muy difícil y espero estar a la altura de las circunstancias. Va a haber mucha exigencia. Vamos a estar en minoría, va a haber dirigentes de peso, van a estar Bonfatti o Giustiniani”, afirma el referente de la agrupación 12 de junio.
El nuevo panorama político que se abre a partir de diciembre, y que lo tendrá en la Cámara de Diputados provincial, se complementa con la posibilidad de llegar a sitiales de importancia de distintos dirigentes que contribuyeron a ese trabajo común en el departamento. Marilin Sacnun, candidata a senadora nacional, es una de ellas: “creo que en este escenario ella va a ser senadora nacional y desde ese lugar va a profundizar esa construcción sectorial. Van a trabajar mucho y bien. Creo que se viene un abanico de construcciones internas, bastante amplio y diversificado”, resume Eggimann.
En ese marco, la recomposición de los espacios internos del peronismo en la ciudad apunta a esa reformulación, la reconstrucción de las estructuras partidarias y el surgimiento de nuevos dirigentes que permitan sostener el proceso abierto en 2003: “estamos muy entusiasmados, estamos armando cosas, grupos de militantes, juntándonos para reconstruir un espacio interno que viene de muchos golpes, pero en este momento tenemos un entusiasmo muy alto, porque consideramos que vamos a ser protagonistas de lo que viene. Ahí estamos planteándonos el rol del Partido Justicialista en Santa Fe. Hay que hacer una autocrítica de por qué no ganamos ésta vez, para pensar en el 2019. Y estos espacios internos tienen que fortalecer ese proceso”, finaliza.