Visto desde el aire, este miércoles el Parque Nacional a la Bandera parecía un hormiguero en plena primavera. A cuatro días de la primera vuelta electoral y a dos del inicio de la veda, los Fernández aterrizaron en Rosario para cerrar su campaña en Rosario y convocaron a cientos de miles de personas a orillas del río Paraná. El paisaje alrededor del mástil central: celeste y blanco y banderas de agrupaciones políticas y sociales. La primera en hablar fue Cristina y su discurso fue corto y conciso: llamó a la unidad, a la no confrontación y a convencer al otro sin generar más divisiones sociales en Argentina. Incluso se permitió hacer algún chiste: “No voy a decir ninguna mala palabra así no me graban de la Afi”. Alberto fue por la misma línea, cuestionó las políticas económicas del gobierno de Cambiemos y aseguró que volverá “a poner a la Argentina de pie”. Si no, interpeló al pueblo, “salgan a la calle y recuérdenme que les estoy fallando”.
El acto lo abrió Cristina y lo cerró Alberto. Sus discursos giraron en torno de los mismos conceptos: la necesidad de la unidad para que los números cierren y así poder ganar las elecciones, la necesidad de no fragmentar para sumar.
Apenas Cristina tomó la palabra, alguna de las cientos de miles de personas que este miércoles se acercaron al Monumento vociferó un ¡Cristina te amo!. “Yo también los amo. Si a pesar de todo todavía estoy parada es por el amor de ustedes. Y es recíproco, inclaudicable e insobornable. Por eso quiero decirles que la tarea de todos nosotros y todas nosotras debe ser hablar, persuadir y seguir construyendo, porque necesitamos que a partir del 10 de diciembre haya otro gobierno en la Argentina, y ese tiene que ser (el de) Alberto Fernández, que va a desarrollar una tarea maravillosa, como lo hizo cuando acompañó a Néstor”, respondió la candidata a vicepresidenta.
La unidad y la no confrontación fueron, sin dudas los dos conceptos centrales a los que los dos Fernández hicieron referencia. Por eso, cuando la militancia inició el canto más popular de los últimos cuatro años en contra del gobierno de Cambiemos, Cristina los cortó en seco: “No, no porque es lo que están esperando para seguir dividiendo a los argentinos. No les demos el gusto”.
“Acá hay personas que pertenecen a otros sectores políticos con los que en algún momento estuvimos distanciados, pero entendimos que era necesaria la unidad de todos los sectores. Hombres y mujeres que creemos que una Argentina diferente es posible. Y, pensándolo bien, si uno mira en retrospectiva la historia reciente puede advertir cómo fueron de a poco dividiéndonos y enfrentándonos para finalmente llegar al gobierno para hacer esto que nadie esperaba en esta profundidad de maltrato”, remarcó la senadora nacional que, llamó a no pelear. “Hablen mucho, trabajen mucho, voluntad a voluntad, vecino a vecino, amigo a amigo”.
En su discurso, Alberto hizo el mismo llamado: “Les pido que tratemos de explicar cuál es el desafío que enfrentamos. Tengo en claro que muchos creyeron en esta opción y fueron defraudados. No pregunten a quién votaron. Díganles que si quieren una Argentina más igualitaria y justa, que se sumen. Hacen falta todos. Absolutamente todos”.
El candidato a presidente por el Frente de Todos agradeció. A Cristina, con quien prometió nunca volver a pelearse –“porque esto que estamos encarando hoy no hubiera sido posible sin su generosidad, su grandeza y su visión de que hay momentos en la política en los que se necesitan estas cosas”–; a las personas que se acercaron y a la militancia –“por las fuerzas, las ganas y la convicción de que tenemos que trabajar todos juntos”– y a los gobernadores en función, electos y candidatos que compartieron con él y con Cristina el escenario y con quienes ayer, antes del acto en el Monumento, se reunió en la Facultad de Derecho y firmó un compromiso para la construcción de una Argentina más federal.
Cristina habló de la obligación “moral, ética y democrática” de los dirigentes políticos de ponerle un punto final a la situación económica que vive la Argentina. “Yo quiero que la gente vuelva a tener trabajo, quiero que los pibes vayan a las escuelas a estudiar y no a comer, que los jubilados se puedan ir con la receta completa de la farmacia, que los científicos puedan investigar, agregarle valor a la producción. Porque los recursos naturales son importantes, pero tienen como principio que, por más importante que sean el petróleo o los minerales, son finitos, se acaban en el tiempo. Necesitamos un recurso que no se acabe porque es infinito, y eso es el conocimiento, que debe constituir el principal patrimonio de la patria”.
En la misma línea, Alberto sostuvo: “Lo que estamos discutiendo es cómo va a ser el futuro, cómo vamos a construir, qué vamos a hacer de la Argentina (…) Lo que hay que hacer, hay que hacerlo ya, porque lo único que produjo el macrismo son cuatro millones y medio de pobres. Y eso es lo que la Argentina no soporta”.
“Me critican porque dicen que hablo de economía. Yo no hablo de economía, yo hablo de valores. Qué sociedad podemos tener si abandonan a los abuelos, si vemos como caen las fuentes de trabajo y no nos preocupamos. Son valores. La política es representación de intereses y nosotros sabemos lo que representamos. Nosotros votamos por los que invierten y producen, no por la timba financiera, entre los especuladores y el trabajo nos quedamos con los que trabajan, y entre los jubilados y los bancos, con los jubilados”, dijo el candidato a presidente.
“El futuro no es mañana, es hoy”, remarcó, y aseguró: “vamos a poner a la Argentina de pie”.
“Lo que siempre nos levantó como pueblo es la dignidad que vive en cada uno de nosotros. Lo vamos a hacer. Ya lo hicimos una vez. Y lo hicimos por la convicción del pueblo argentino. Lo vamos a hacer otra vez, vamos a salir todos de esta situación”.
En su discurso, Alberto marcó lo que lo diferencia del gobierno de Mauricio Macri: “A mí no me ponen vallas, las tienen los que no pueden abrazarse con la gente (…) Nosotros les damos dignidad a los que quedan al margen”. Y, para el cierre, dejó el pedido hacia el pueblo para que ejerza como árbitro: “Si me ven claudicar en algo de lo que les digo, salgan a la calle y recuérdenme que les estoy fallando”.
La gira de Alberto continuará este jueves, aunque sin Cristina. Estará en un acto en el estadio Orfeo, el más grande de la ciudad de Córdoba. La elección no parece ser casual: en el 2015, Córdoba fue la provincia en la que Macri obtuvo más diferencia de votos en su favor. Ahora esos sufragios están en pugna. De hecho, a lo largo de toda la campaña Alberto ya visitó la provincia en otras cuatro oportunidades. La de hoy será la quinta.
Fuente: El Ciudadano.