La Liga Venadense tiene una historia más que rica. Muchos jugadores extraordinarios pasaron por las canchas de nuestra región, y claro está, hay miles de anécdotas que merecen ser contadas. Pueblo Regional a lo largo de su historia a dado cuenta de grandes figuras de nuestra Liga de fútbol, contando sus historias y anécdotas en su derrotero por -dicho por jugadores y entrenadores- una de las mejores y más competitiva Liga del interior.
La idea de esta sección es recopilar algunas de esas historias, destacando las anécdotas más resaltantes de los relatos de los protagonistas.
En esta oportunidad vamos a reeditar una entrevista hecha a uno de los mayores goleadores que tuvo “La Venadense” (con más de 300 goles en su haber), Omar el “Tino” Zapata, un personaje singular que dentro del campo de juego le hacía goles a cualquiera y fuera de ella, un personaje entrañable y carismático. En la entrevista que Pueblo Regional le hiciera hace ya varios años atrás, el Tino contó una anécdota de cuando vistió la camiseta de General Belgrano en el año 2008 y cómo logró hacerse la pileta en su casa, gracias a un dinero que le dieron después de la final en la que salieron campeones, pero que él no jugó: “El fútbol me dio mucho, en lo económico más de lo que esperaba. Yo vivía del fútbol y en mi casa nos sobraba, vivíamos bien. Cuando fui a General Belgrano fue tocar el cielo con las manos. El día que fui a firmar el contrato ellos pusieron un cero de menos, que es mucha plata; Les dije que no era lo acordado y empezaron las charlas”.
“Me dijeron que yo quería ganar lo que gana un jugador profesional. Yo les dije que estaba ahí porque ellos me fueron a buscar, o me pagaban lo que yo pedía o me subía al remis y me iba a mi casa, si total me sobraban clubes para jugar. Después Daniel Perdomo, dirigente del club, me dijo que esa plata no se la habían pagado nunca a nadie. Pero me propuso que acepte la plata que me daba la dirigencia y que él me daría el resto. Y cumplió”.Perola discusión siguió: “Cuando volví a hablar con los dirigentes les dije que aceptaba jugar por esa plata, pero que si salíamos campeones ellos me tenían que dar de nuevo toda la plata que me pagaron durante el año. Ingallina se levantó y me dijo que si salíamos campeones me regalaba diez días en Mar del Plata para toda mi familia”.
(IMAGEN ILUSTRATIVA)
“Con eso hicimos la pileta en el fondo de mi casa”
General Belgrano salió campeón y Zapata fue el goleador de aquel equipo, aunque no jugó la final porque el viernes anterior a la final, el técnico en el entrenamiento lo puso para el equipo de los suplentes: “Yo había estado lesionado pero tenía 10 goles en 11 partidos, y me dijo que no me quería arriesgar porque era un partido bravo. Yo le contesté mal y le dije que para qué me quería preservar, si era el último partido, la final. Asique me fuí de la práctica, me puse a hacer dedo en la ruta hasta que pasó Tito Campos, que era el profe y me hacía la psicológica para que vuelva, pero no volví más”.
Al final, aquel equipo de General Belgrano ganaría la final ante Jorge Newbery en el tercer partido y por penales en Teodelina y se consagraría campeón del torneo. “Un lunes me llama Perdomo por teléfono y me dojo que tenía que hablar conmigo, vino a mi casa y me dijo ‘acá está lo que te prometió el club’, y puso un sobre arriba de la mesa. Yo le dije que si era plata del club se la lleve porque no quería nada de ellos,pero después me dijo que era de él. Eran 32 mil pesos, con los que hicimos la pileta en el fondo de mi casa”.