Aunque para algunos sea especulación, y un intento de preocupar a la ciudadanía, las pruebas indican que Venado Tuerto está en una situación crítica, con circulación comunitaria de coronavirus, casos en acenso y un sistema sanitario que podría colapsar.
No solo la cantidad de camas son las que preocupan, sino que hoy en día lo más preocupante es el personal sanitario para atender esas camas, además de las derivaciones de pacientes a distintas instituciones dedicadas a la salud que obligan a que pacientes con Covid-19 y personas con otras patologías deban convivir, con los riesgos que esto conlleva.
Además, en caso de haber un brote en alguno de ls nosocomios privados, podría pasar lo que ya pasó con el Sanatorio San Martín en el inicio de la pandemia en Venado Tuerto, donde a causa de un médico de esa institución que contrajo coronavirus debieron cerrar por un tiemp, algo que hoy por hoy resentiría mucho todo el sistema.
Hace instantes, desde el Sanatorio San Martín emitieron un duro comunicado, donde refieren a la limitación de responder ordenadamente como sociedad, la falta de personal para abrir el reacondicionado Sanatorio Beroiz y la Peña Boquense, la falta de formación de recurso humano, la saturación y el principio del colapso sanitario. A continucación, el texto emitido por el Sanatorio San Martín:
Si algo ha puesto en evidencia esta pandemia es la limitación ( incapacidad?) para responder ordenadamente como sociedad sobre la base de políticas públicas consensuadas y llevadas a la práctica en un plan diseñado, aunque no infalible, para dar la mejor respuesta posible a una contingencia como esta. Hemos asistido a una cuarentena estricta prematura con el objetivo de diferir el impacto del flagelo, aún a sabiendas de lo inevitable de su llegada. Ese «tiempo ganado» estaba destinado para adecuar una respuesta sanitaria orientada a evitar el colapso de los recursos humanos y tecnológicos cuando escalara la enfermedad. Hoy, y desde hace unos pocos días, vemos que el virus ha ganado circulación comunitaria y en este corto lapso de tiempo para una pandemia, se puso en evidencia que los recaudos tomados eran insuficientes. La estrategia inicial de limitar a un efector la atención Covid, en este caso nuestro Hospital, que por su moderna estructura permite una respuesta más ordenada, y que los sanatorios reciban los pacientes no covid con o sin cobertura médica, naufragó rápidamente cuando el número de casos comenzó a aumentar en los últimos días. De nada valió haber puesto en condiciones operativas el cerrado Beroiz ni haber fantaseado con las camas que se podrían reunir en la peña Boquense.
El motivo: no se dispone del número de enfermeras necesario para habilitarlos. La formación del recurso humano no ha ido de la mano de la inversión edilicia, desde ya reconocida y valorada, y en estos tiempos ha desnudado lo endeble de las políticas públicas de todos los gobiernos. En el momento actual el humor social se ha impuesto a la iniciativa de la dirigencia y ha determinado que la mejor forma de sortear este momento, consciente o inconscientemente, es contagiándose. Y si bien la mayoría de los pacientes transcurren asintomáticos u oligosintomaticos, los menos, que son precisamente las personas más vulnerables por edad o por patologías asociadas, terminan siendo quienes saturan los recursos disponibles y hacen volar por los aires las alquimias políticas construidas más con voluntarismo que con ideas factibles de llevarse adelante.
ESTAMOS EN EL INICIO DEL COLAPSO SANITARIO dónde pacientes que deban internarse por patologías diferentes o acceder a servicios esenciales para la region como Hemodinamia o Hemodiálisis, deberán compartir espacios comunes y recursos humanos con enfermos Covid. Y esto, que pone a las empresas de salud en riesgo de continuar funcionando muestra también claramente la incapacidad de construir algo mejor de lo cual sentirnos orgullosos y salir fortalecidos.