Pese a las dificultades surgidas con la provisión de la vacuna rusa Sputnik V, el gobierno argentino mantiene la expectativa de vacunar al menos a 10 millones de personas para el 30 de abril, cuando se cumpla el primer cuatrimestre del año.
El plan anhelado de inmunizar a los 14,4 millones de ciudadanos que integran los grupos de riesgo es asumido como inalcanzable pero no una campaña que comprenda un universo un 30 por ciento menor.
Para que la vacunación obtenga un impacto más potente en la sociedad, Argentina debería contar durante el mes de febrero que comienza el lunes un abastecimiento de, al menos, las 4,7 millones de dosis que quedaron pendientes de enero.
Hasta mediados de marzo el gobierno dependerá exclusivamente de la producción del Instituto Gamaleya de Rusia, cuyo fondo administrador (el Rdif) expresó en un comunicado desde el Kremlim que las ampollas se demorarán pero se enviarán igual a nuestro país.
Recién a partir de marzo comenzarían a ingresar las dosis de la farmacéutica AstraZeneca. Lo pautado para ese mes es de 1,1 millón de dosis.
En paralelo, hay 9 millones de dosis del fondo universal Covax coordinado por la OMS (Organización Mundial de la Salud) que están comprometidas para los próximos meses, pero que no tienen una fecha de envío concreta.
Durante esta semana podría haber novedades en la negociación por la vacuna china del laboratorio estatal Sinopharm. El acuerdo aún no se cerró, pero luego de largas semanas de idas y vueltas para ajustar el precio de compra, el gobierno podría cerrar la compra de 2 millones de dosis.
A la par intenta avanzar en negociaciones con los laboratorios Moderna y Janssen (Johnson&Johnson), cuyas vacunas fueron aprobadas esta semana en Europa y Estados Unidos, y darle un final a los entredichos con Pfizer. La potencial llegada de esas dosis mejoraría el escenario pero al día de hoy el Ministerio de Salud no tiene nada para anunciar.
La demora en la llegada de la vacuna también afecta al proyecto de presencialidad educativa.
La intención del gobierno era vacunar la mayor cantidad posible de docentes antes de marzo. Las dificultades alteraron también el calendario. Sin embargo, el gobierno mantiene el plan de retorno a las aulas.
Problema global
La demora en la distribución de las vacunas y la concentración de la escasa cantidad en pocos países generó una semana de tensiones cruzadas, y preanuncia hacia adelante más divergencias, reclamos y hasta posibles demandas judiciales, en momentos en que la mayoría de las naciones intenta hacer equilibrio entre la potencia de la segunda ola de coronavirus y las urgencias de sus actividades económicas. La cuestión vacunas motivó malestares cruzados de países contra laboratorios y de gobiernos entre sí.
Fuente: LaCapital