Pasadas las elecciones el diputado nacional y armador del PRO en el sur de Santa Fe Ricardo Spinozzi decidió vacacionar en Italia, en la hermosa Venecia, para olvidar los traspiés electorales que le deparó el pueblo santafesino y el venadense en particular. Pero las malas cuando vienen, no llegan solas. El Tino anda con tanta mala suerte que precisamente en esos días, la legendaria ciudad italiana sufrió un fenómeno meteorológico sin precedentes en la historia de Italia: un tornado que dejó un muerto y que puso en riesgo incluso la seguridad de la ciudad. Afortunadamente tanto él como su familia no atravesaron inconvenientes, pero el hecho ocurrió.
Quién fuera la vedette de las elecciones en la ciudad de Venado Tuerto, al menos en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) Ricardo Spinozzi; se encontró abruptamente con las percepciones que, pasada la efervescencia antiperonista que lo mimó para aquella instancia electoral; le deparó la realidad. Spinozzi había sido elevado a la categoría de «Winston Churchill» por los medios antiperonistas venadenses, léase El Informe, LT29 y otros espacios gorilas; por sus gestiones en la construcción de dos candidaturas que en aquella primera instancia electoral estaban en los umbrales de la concreción de un sueño para el neoliberalismo y la derecha conservadora del sur de Santa Fe: quedarse con el gobierno provincial (venciendo a Socialistas y peronistas) y con el gobierno Municipal (desterrando al freyrismo de la faz de la tierra, viejo anhelo personal del otrora peronista Ricardo Spinozzi). Fue su candidata, Liliana Rostom, la que resultó ser la más votada en las PASO para ocupar la conducción municipal; y su candidato, Miguel Del Sel, el más votado en esa misma instancia para ocupar la Casa Gris.
Por todo ello Spinozzi pasó de ser alguien que siempre contestaba el teléfono y que estaba dispuesto al debate de ideas; a alguien aún más reacio a hablar con periodistas que no le fueran serviles, ahora no por su personalidad sino «ungido por la voluntad divina del pueblo». Pero pasados los días y los acontecimientos, y habiendo quedado claro que los tiempos han cambiado, que las construcciones políticas con fines electorales y constituidas «para derrotar a» se encuentran con los escollos propios de no ser una «real construcción colectiva» que tenga bases sólidas para aguantar los vendavales; naufragan. Dicho en otras palabras: los ’90 ya terminaron y hasta las figuras más queridas por el pueblo son interpelados por la opinión pública, por la política. Lo real es que El Tino, no solo que sufrió un tornado a mediados de junio en Venado Tuerto y en Santa Fe; sino que se la llevó con él hasta el viejo continente. Creer o reventar.