Las discusiones en torno al traspaso de mando, la polémica sobre las fechas, los horarios, la judicialización de la entrega de atributos corre de lugar las preguntas sobre el plan económico, las medidas que se fueron anunciando y empiezan a impactar y hacerse visibles. Las especulaciones con la devaluación, la quita de retenciones y el levantamiento del cepo tuvieron como efecto un aumento de precios en algunos productos de consumo masivo como las carnes.
“Creo que desde el 10 de diciembre en adelante va a estar peor todavía. Lo que pasa es que entre alguna de las cosas es que esta gente no dijo medidas claves que va a tomar pero dio indicios. Entonces todos se quieren cubrir y se disparan los precios. Yo estuve más de dos años sin aumentar y ahora aumenté cinco veces en dos semanas, y esto le pega al bolsillo del que menos tiene”, dice el dueño de las carnicerías Tate.
Ya se registran aumentos del 20% en los productos. En la cadena de la carne, en un escenario de concentración, los efectos de la especulación lo terminan pagando los actores más débiles. En esa ecuación, los consumidores son los más desfavorecidos. “La situación es que la gente de campo se quiere cubrir porque sabe lo que viene. Tiraron algunas medidas y eso provocó más de un 15% de aumentos. Se sabe lo que va a pasar con esta gente nueva que va a entrar”.
La quita de retenciones al trigo y al maíz y la reducción progresiva a la soja, generaron un movimiento especulativo que se trasladó a los precios en los alimentos. Es un traspaso de riquezas de los consumidores y comerciantes a los actores vinculados a la exportación. “Para el comerciante y para la gente trabajadora se vienen tiempos muy duros. Ya sabemos quiénes son Macri y sus amigos. Yo estoy pensando seriamente en cerrar tres carnicerías y dejar un solo negocio, pero no quiero, porque de esa forma quedan 20 familias en la calle”, comenta Tate.
El proceso de reducción del stock ganadero, desaparición de muchos productores ganaderos con el avance de la producción de soja y la caída de las exportaciones y la producción empezó a compensarse desde el 2012. Sin embargo, la crisis del sector se evidencio en el cierre de frigoríficos y el retiro de los capitales brasileños que concentraron el sector, un proceso que repercutió en el cierre del exSwift en Venado Tuerto, preparado básicamente para la exportación. El anuncio de liberalizaciones y levantamiento de las regulaciones estatales implica desproteger el mercado interno a cambio de las rentas exportadoras.
Los cambios en los precios internacionales permiten proyectar un panorama alentador para la producción ganadera. El asunto es para qué se va a producir. La reactivación de la producción ganadera se basa en esa promesa exportadora. La falta de claridad en el reconocimiento del plan económico, contrasta con las reuniones del equipo económico con directivos del Fondo Monetario Internacional. Es el perfil político de las decisiones económicas, una preferencia de intereses. En ese panorama, la especulación es negocio. Ganan los que venden al mundo.
Las carnicerías también resultan fuertemente perjudicadas con esa especulación. El mercado siempre favorece a algunos, que son los que se imponen. “En estos partidos siempre sacan su provecho y del carnicero más chico se lo aprovechan más de la cuenta. El frigorífico hace su negocio. Los dueños son grandes capitales que se interesan muy poco por los carniceros. Las ventas bajaron del balotaje para acá un 50%. Yo, incluso en contra de mi negocio, le diría a la gente que deje de comprar carne para que se estabilice. En estos días, cuanto más vendo, más pierdo plata”.
