En el transcurso de esta semana en las páginas del diario El Informe se publicó una entrevista al empresario de turismo y concejal por el PRO, Carlos Aldasoro, en la que se marca una caída de más del 20 por ciento en la venta de paquetes turísticos.
Lo más curioso de la nota es que la comparación se hace con respecto a números de 2011 (según los agoreros el país ya estaba en una profunda crisis económica), y que la baja estuvo centrada en viajes al exterior, más puntualmente al Caribe y paseos en cruceros.
En este punto vale preguntarse cómo es posible que en un país al borde del abismo, según todos los datos aportados por los multimedios opositores, con una inflación extrema e incontenible, haya gente que viaja y realiza gastos suntuosos.
Seguramente, ya que es difícil que un maestro, un albañil, o alguien de clase media baja realice estos gastos excesivos, quienes aprovecharon estas delicias del lujo y el confort fueron empresarios y comerciantes, que desde hace años vienen llorando miseria, negando aumentos a sus empleados, evadiendo impuestos, aplicando aumentos en lo que comercializan, para mantener e incrementar su margen de ganancias.
En la nota de El Informe, Aldasoro comentó que “los viajes al Caribe se redujeron mucho respecto al año pasado y estando a mediados de enero, hay ofertas para vuelos, cosa que otros años no sucedía”, y añadió que “durante febrero será más preocupante todavía, porque no se están llenando los vuelos que contratan las compañías de turismo”.
A la hora de buscar culpables, el concejal del PRO no dudó en cargar las tintas sobre la decisión del Gobierno nacional de poner ciertas restricciones a la compra de dólares: “Hoy conseguir dólares para gastar es prácticamente imposible, son muy pocos los casos en que se los habilita y también se registran algunas complicaciones con los bancos, más allá de que el paquete turístico se puede pagar en pesos a precio dólar oficial”.
En medio del lloriqueo generalizado, especialmente de la clase media alta para arriba, por el acoso de los organismos recaudatorios de la Nación, Aldasoro siguió con el análisis de ventas de su agencia de turismo: “El año pasado, a esta altura, no había lugar en los cruceros, y hoy en día todavía quedan plazas disponibles. Si bien es un producto que año a año venía aumentando, la situación especial que atraviesa el país generó que esta temporada haya disminuido”.
