El ritmo de tala equivale a seis canchas de fútbol por día. Los datos se desprenden de un informe sobre la aplicación de la Ley de Bosques que realizó la Fundación Vida Silvestre.
Los bosques nativos del país padecen desde hace décadas grandes modificaciones debido al cambio de uso del suelo (desmonte) para actividades agropecuarias, urbanísticas y viales. Para intentar detener ese proceso de destrucción de la naturaleza en 2007 se sancionó la Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de Bosques Nativos.
Se trata de una herramienta normativa clave para mejorar la protección de estos ecosistemas que cubren 53 millones de hectáreas, de las cuales 1,8 millones están en Santa Fe, el 3% del total a nivel nacional. En la provincia, entre 2013 y 2018 se desmontaron más de 14 mil hectáreas de forma ilegal: seis canchas de fútbol por día.
En Chaco, uno de los territorios más afectados por esta práctica, esa cifra sube hasta 120 canchas por día, mientras que en Santiago del Estero sube hasta 221. A nivel país, el costo del desmonte significa el 0,75% del PBI, unos 3.600 millones de pesos. Además, se calcula que se pierden 30 millones de pesos por año por pérdidas productivas asociadas a la erosión y maltrato de los suelos. Entre 2001 y 2009 se perdieron unos 70 mil millones de pesos por pérdidas de servicios ecosistémicos como consecuencia de los cambios en el uso del suelo en Argentina. Todos estos datos son de la Fundación Vida Silvestre, que a través de una serie de fichas por provincias y también con datos a nivel nacional puso negro sobre blanco la real aplicación de la Ley.
Según los datos brindados por Vida Silvestre el 14% de la superficie de Santa Fe está cubierta por bosques nativos, casi 1,9 millones de hectáreas que almacenan 606 mil Gg (unidad de medida de emisiones de gases de efecto invernadero) de dióxido de carbono. Además de ayudar a regular el clima y la erosión del suelo, estos ecosistemas son proveedores de alimentos, materias primas y hábitat de numerosas especies. El 36% de ese total aparece pintado de rojo en el mapa del ordenamiento territorial emanado de la ley: eso significa que no puede sufrir modificaciones de ningún tipo. El 64% es amarillo (no puede desmontarse, pero si desarrollar turismo sostenible e investigaciones científicas) y el resto verde, o sea sectores que pueden transformarse previa realización de una evaluación de impacto ambiental.
Desde Vida Silvestre recordaron que las inundaciones asociadas a los cambios en el uso del suelo explican la mitad de las pérdidas económicas por desastres naturales a nivel mundial. Mientras que el monte nativo absorbe 300 milímetros por hora de lluvia, una pastura absorbe 100, y un campo de soja apenas 30 milímetros.
Fuente:Aire de Santa Fe


