Los cambios introducidos en el programa ProCreAr reconvierten su orientación y confirman una de las especulaciones realizadas durante la campaña y que el por entonces candidato Mauricio Macri se encargó de desmentir una y otra vez. Si bien no se produjo la desactivación total del programa de viviendas, el cambio de condiciones altera por completo su sentido y direccionalidad. Se suman obstáculos para acceder a los créditos, se aumentaron las tasas y se imponen condiciones tan exigentes que dejan afuera a la porción de la población que, en su origen, era el centro de las preocupaciones.
Con el nuevo modelo de ProCreAr se destinarán créditos por 600 mil pesos que afectan el 30% de los ingresos del grupo familiar, un porcentaje alto considerando el estado de contracción de la economía nacional, con alta inflación y erosión de salarios. El programa solicita un ingreso por grupo familiar que supere los 16 mil pesos y se fracciona en cuotas de 4800 pesos. “Está pensado para favorecer a los financiadores que son los bancos”, dice Rosana Bellati, responsable del área de vivienda en el Nodo 5, Venado Tuerto.
La funcionaria provincial compara con el programa Mi Tierra, Mi Casa, del gobierno de Santa Fe. Los montos otorgados en este caso pasaron de 250 mil pesos en 2013, cuando se puso en marcha, a casi 600 mil actualmente. Afecta como máximo el 20% de los ingresos y para el mismo monto, en 15 años, las cuotas son de 3600 pesos fijos.
“Nosotros además del programa nacional está el programa provincial Mi Tierra, Mi Casa, que es similar, pero tiene una tasa 0. Lo que puedo dar es la mirada concreta comparando los programas. Respecto al ProCreAr, y esto es una lectura política, hablamos de que no se presta más dinero sino unidades de vivienda. Eso se ajusta mensualmente de acuerdo a la tasa de inflación. Entonces puede ser exitoso para economías que no tengan variación en la inflación, porque nunca vas a saber el próximo mes cuanto pagas. Es una diferencia con Mi Tierra, Mi Casa”, comenta.
En Venado Tuerto se asignaron 200 créditos a partir del programa provincial, de los cuales 100 ya completaron todas las etapas. Este año se reeditará la convocatoria para las familias que tienen terrenos pero no pudieron avanzar en el crédito por falta de escrituras. Los requisitos son conformar un grupo familiar, tener ingresos demostrables y un lote propio. De esa manera se define la población objetivo al que se destinan los créditos.
De la misma forma que el programa ProCreAr tiene ahora nuevos destinatarios y nuevos beneficiarios: “están pensadas estas modificaciones para otro contexto del país. Mi postura es, ante todo, ideológica. Por un lado está bueno que se amplíen las fuentes de financiamiento, es decir, que haya más posibilidades de acceso al crédito con más entidades que los faciliten. Por otro lado, hay que ver qué se entiende por familias necesitadas, porque si es una familia que tiene un ingreso de 17 mil pesos para acceder a un crédito de 600 mil y pagar 4800 pesos por mes, hablamos de una familia con necesidad habitacional, pero no es una familia necesitada. Para familias necesitadas hay que pensar otro tipo de solución”, sintetiza Bellati.
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