El presidente Mauricio Macri anunció que se dispondrá una reducción en las retenciones a las exportaciones de soja del 0,5 por ciento mensual, pero extendió el plazo de aplicación para el 2018. De esa forma, una de las promesas centrales de su campaña, que logró adjudicarle el apoyo del sector agropecuario, se desvanece ante las dificultades que atraviesa la gestión nacional. Casi ninguna de las expectativas anticipadas parecen cumplirse y la gran fuente de divisas que aportan las exportaciones es una tentación ineludible para afrontar el panorama sin las esperadas inversiones que no llegan.
“Las entidades salieron todas, inclusive por presiones del norte, que no aceptarían que no hagan la quita. Sociedad Rural de Venado Tuerto, cuando nos tocó la consulta a través de Carsfe, estamos aceptándolo. Hoy tenemos un problema social, con la cantidad de pobreza que salió no podemos ser tan mezquinos de estar pensando en un 5%. Si me escucha algún ruralista me va a matar, pero te digo lo que pienso yo”, afirmó al respecto el presidente de la Sociedad Rural venadense, Esteban Boyle.
La confirmación del retraso en la quita, obviamente, generó incomodidad en los dirigentes rurales. Algunos salieron a manifestarse públicamente en contra de la decisión oficial. Sin embargo, mayormente reinó la cautela. La postergación parece surgir de un acuerdo, sino explícito, al menos tácito y de conveniencias mutuas.
