(PR) El Partido Justicialista de Venado Tuerto, con la firma del cuestionado secretario General Juan Alberto Vidal, emitió un comunicado repudiando el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en el que, sin embargo, se distrae el foco de atención hacia la responsabilidad de la custodia. Además, se hace una enumeración de las proscripciones y ataques que sufrió el peronismo a lo largo de la historia, pero no se hace ninguna mención a los miles de desaparecidos que sufrió el movimiento durante la última dictadura militar (1976-1983). A continuación el texto completo del documento del PJ local:
En el día de ayer, la vice presidenta de nuestro país, Cristina Fernández de Kirchner, fue objetivo en un atentado criminal que fracasó.
La Policía Federal es la custodia natural en estos casos y falló; pero tampoco estuvo brillante en su desempeño, la Policía perteneciente a la Ciudad Autónoma administrada por Larreta: que sí, participó entusiastamente en los choques callejeros con militantes kirchneristas, en días cercanos.
No es sorpresa para nadie, el recalentamiento programado y realizado por los medios periodísticos de desinformación de ambos bandos, que dirigen la violencia hacia un punto de estallido social, regidos por alguna embajada, que nunca aparece en escena claramente.
El peronismo tiene abultada historia, en esto de sufrir atentados criminales, y que nunca sepamos de responsables asesinos penados, tal vez, sólo sean casualidades o mala suerte, pero ningún culpable fue castigado, más bien, fueron premiados.
Las bombas explotadas en subtes, o en Plaza de Mayo en medio de multitudes, con varios muertos. El intento de asesinar al presidente Perón, para lo que, bombardearon a la población, quedando más de 400 muertos e innumerables heridos. Los fusilamientos del año `56. Los tres atentados criminales contra el ex presidente, en el exilio. El asesinato de Rucci, y los numerosos crímenes de los años en gobiernos democráticos de Juan Domingo Perón y luego de Isabel Perón. La profanación del cuerpo y cortado de las manos del general en tiempos de Alfonsín: murieron todos los testigos y el juez. La lista sigue. Nadie pagó por nada.
Esperamos inocentemente, que sepamos qué, quién o quienes conformaron ésta nueva acción criminal, sin que otra vez, terminemos siendo burlados con un cuento, para dejarnos conformes.
El uso de intento criminal, como herramienta de presión política, es inaceptable. Nuestra más enérgica condena.
Juan Vidal – Sec. General
Roberto Capdevilla – Sec. Prensa
